Perdió a su hija de once años hace un mes, en un accidente de tráfico. La familia regresaba de sus vacaciones. Volvían de hacer una ruta en caravana y acababan de devolverla en Aranda del Duero, donde cogieron sus coches para regresar a la capital cacereña. Iban en dos vehículos, delante conducía Almudena Cansado con su madre y sus dos hijas; en el coche de atrás viajaban la hermana de Almudena y su padre. Era de madrugada. Circulaban por la autovía A-66, en el término municipal de Casar de Cáceres, pero algo se cruzó en su camino y golpeó el vehículo, lo que le hizo perder el control. El desenlace fue fatal.

Ahora, un mes después, Almudena (31 años) quiere volver a vivir. No ha solicitado ayuda psicológica porque quiere salir de esto ella sola y la mejor manera que ha encontrado es escribir cómo se siente una madre cuando pierde a lo más importante de su vida. Dice que el sentimiento es inexplicable, pero que si se quiere se puede continuar el camino.

Ha escrito varios folios que ha presentado a la editorial Círculo Rojo y a este periódico. Su objetivo es que su historia sirva de ejemplo a otras personas que puedan estar pasando por su situación. "Estamos aquí y hay que vivir la vida a tope. Somos humanos y, por tanto, así como nacemos, morimos; pero sé que a una madre esto nunca se le olvida, la muerte de un hijo es lo más duro. Espero que mi historia sirva de consuelo a las madres que somos valientes y luchadoras", escribe a modo de prólogo.

El primer mes ha sido muy duro. No dormía ni comía, a veces incluso pensaba que lo que había ocurrido no era más que un mal sueño. Pero la realidad se topaba contra ella. "La primera vez que entré en su habitación me derrumbé. La recordaba por los pasillos y solo pensaba en que ya no estaba, que ya no podría verla, ni tocarla, ni llevarla al colegio o reñirla porque su habitación estaba desordenada. Es durísimo cada día. Pensaba que estaba perdida. La casa estaba vacía, no se oía ni un ruido, siempre faltaba algo... Y en ese momento te preguntas ¿por qué yo?, ¿por qué a mí?".

Su hija pequeña

Para su hija pequeña (tiene seis años recién cumplidos), que también viajaba en el coche aquel fatídico día, todo esto es inexplicable. Ella no llega a comprender qué es lo que ha ocurrido, pero pregunta por su hermana mayor, la echa mucho de menos. "Preguntaba todos los días por ella, me decía que cuándo iba a venir. Una mañana me senté con ella y le dije que su hermana se había convertido en una estrella que la iba a ayudar en todo. Que estaba ahí todas las noches y que la iba a ayudar a ser una niña valiente, fuerte y luchadora". Desde ese día no hay noche en que la pequeña no se asome a la ventana para ver a su estrella y desearle dulces sueños.

Un día Almudena se levantó y se dijo a sí misma que tenía que seguir viviendo, por su hija, porque nunca quiso verla triste. Dice que fue tras hablar una noche con su hija. "Me dijo que no sufriera, que no llorase por ella, que tenía que tirar para adelante y que no me derrumbase porque ella sabía que yo era fuerte y valiente". Al día siguiente todo cambió y se marcó la meta de "ser fuerte y valiente, tirar para adelante y no derrotarme". A principios de este mes se examinará para lograr aprobar el módulo de Auxiliar de Enfermería y ha vuelto a coger los libros. "Ella quería que su madre fuese auxiliar, me reñía por mis notas pero me animaba a seguir. Lo tengo que hacer por ella, porque era su ilusión". "Es duro decirlo --continúa-- pero con mis 31 años tengo que luchar a pesar de lo que ha pasado. Sé que ella estará ahí viéndome todos los días y sé que estará feliz porque sabe que su madre fue una luchadora y no se derrotó". Ahora su lema es: "Lo voy a hacer por ti", por la estrella que ilumina su camino.