Destino, el Everest. Cuatro amigos, vecinos de Cáceres, han logrado llegar a los pies de la cima más alta del mundo tras un mes de viaje por tierras de Nepal. Salvador Vaquero (escritor, 41 años), Javier Jiménez (informático, 38), José Rubio y Marcos Coronado (43 y 41, ambos técnicos de Telefónica) no olvidarán nunca una experiencia que hizo crecer su amistad. Tampoco faltaron las adversidades en el camino: temperaturas a bajo cero, caminatas diarias para llegar a su destino pernoctando en refugios congelados y, en ocasiones, oxígeno al 50% por el mal de altura.

Una exposición titulada Tras los pasos de Edmund Hillary , en homenaje al mítico montañero que coronó por primera vez la cima entre Nepal y Tibet, permanecerá abierta hasta finales del próximo mes de marzo en la estación de autobuses. En gran formato, las imágenes reflejan las vivencias de este grupo de montañeros que ya había compartido expediciones en Australia y China. "Del Everest te sorprende su inmensidad", asegura José Rubio, tras haber pisado otras montañas del mundo.

En su recorrido no olvidarán el orgullo de los sherpas, capaces de cargar con hasta 150 kilos a sus espaldas, ni los monumentos funerarios en recuerdo a otros aventureros fallecidos que encontraron en los senderos. "Estás solo, en medio de la montaña y la naturaleza", recuerda Vaquero, al que la fiebre le hizo pasar un mal rato cuando lograron superar los 5.500 metros de altitud tras haber logrado llegar al campamento base, situado a 5.350. "A partir de esa altura ya necesitas permisos para poder escalar", añade Javier Jiménez, al que le impactó la grandiosidad y las diferencias del lugar con la vida en Occidente. Ahora ya piensan en el próximo viaje, quizá a la Amazonia, a pie de selva. Otro sueño por lograr.