"¿Cambiar de una compañía a otra? Que antes se lo piensen porque es un suplicio". Quien pronuncia la frase es Leo Bernáldez, modisto de Elpidio y Leo, la boutique de mayor tradición de la ciudad situada en la avenida San Pedro de Alcántara. El suplicio al que Leo hace referencia tiene que ver con las compañías telefónicas y se inició hace año y medio cuando contrató con Telefónica el servicio de ADSL en su teléfono fijo. "Empecé a pagar unas facturas enormes, así que me puse en contacto con ellos y les pedí que me ofrecieran una tarifa más baja", cuenta.

El primer problema se originó porque la titularidad de la línea estaba a nombre de su hermana Petra, con la que Leo vive. Así que la rebaja solo podía hacerse efectiva si se cambiaba esa titularidad. Cuando el trámite se realizó comenzaron a llegar a su casa facturas con cantidades muy dispares y siempre abultadas, "llegaron seis o siete facturas con llamadas a ciudades como Zamora que nunca realicé. Los 40 o 42 euros que me ofrecían como rebaja siempre se superaban", dice.

De fiel a infiel

Leo había sido fiel a su compañía, pero se cansó. Un día, Orange, con quien había contratado el servicio de móvil, lo llamó a casa y Leo decidió contratar internet con Orange. "Ahí empezaron --confiesa-- mis dos meses de sufrimiento". Al principio Orange le dijo que no se preocupara, que ellos se encargaban de todo, de todo menos de instalarle el router. "Tenía que llamar a un servicio técnico para que me ayudaran por teléfono a configurarlo y a mí, la verdad, no se me da muy bien lo de los botones".

Después de llamar de forma reiterada al 902-012220 resultó que no pudo instalar el dichoso router, que le calzaron 61,3 euros de más en su factura por llamar a ese 902 y que se vio abocado a avisar a un técnico quien, tras un precio de amigo, le cobró 35 euros por la instalación.

"Pero ahora viene la segunda parte, a punto del infarto", relata Leo. "Me dejaron sin línea de teléfono fijo durante 10 días, con lo que eso conlleva, al menos en mi caso que tengo a mi hermana enferma". Orange le decía que era culpa de Telefónica, Telefónica que era cosa de Orange. "En Orange me dijeron que Telefónica no les daba la línea hasta el día 24 de noviembre, hasta tres días después no me dieron línea, pero solo en uno de los tres teléfonos que tenemos en casa, en el del dormitorio, el resto no funcionan. Ahora me dicen en Orange que tengo que comprar dos terminales nuevos".

"Mi queja viene porque quiero aconsejarle al público que no anden cambiándose de compañía, que más vale lo malo conocido".

Según datos de la Asociación de Consumidores y Usuarios de Extremadura (Acuex), las quejas de los cacereños han aumentado este año un 138% respecto al año pasado. De las reclamaciones tramitadas en el primer semestre de 2009, las telecomunicaciones se llevan precisamente la palma y representan el 25% de las denuncias.