"Ha habido una explosión en la carnicería". Era lo que, alarmados, comentaban los vecinos de la céntrica calle Barrionuevo mientras, curiosos, observaban a las dotaciones de bomberos entrar y salir de la planta baja del número 9, donde se encuentra la ´Carnicería-Charcutería Blasco´. Alarmados, pero tranquilos, no como doña Catalina que, a sus 89 años, sentada en una silla, y pese a las atenciones constantes de dos agentes de la Policía Nacional, no conseguía controlar los nervios.

Faltaban unos quince minutos para las cinco de la tarde cuando sus vecinos escucharon lo que creyeron una explosión y saltó alarma, pero ella no se enteró de nada hasta que los bomberos y policías la sorprendieron entrando en su casa, situada justo encima de la carnicería, propiedad de su nieto. Ella estaba sola porque su hija había salido un momento.

Y hasta que su nieto llegó unos veinte minutos después, y una de sus hijas al momento, la preocupación no desapareció del rostro de doña Catalina, que en las mismas puertas de su casa fue atendida en una unidad medicalizada del 112.

Todo quedó en un susto, tremendo para doña Catalina, y un pequeño incendio en el patio del inmueble en cuya planta baja está la carnicería y en la primera la vivienda en la que reside con su hija. "Por causas que aún se desconocen se ha originado un incendio en un pequeño trastero que hay en el patio, y lo que a los vecinos les ha parecido una explosión ha sido un techo de uralita que ha estallado al coger temperatura con el fuego", indicaría a media tarde a este diario el jefe de guardia del Parque de Bomberos.