El martes se abrió el plazo para matricularse en los talleres de la Universidad Popular. Ofrece más de 600 con una oferta variada que va desde la gimnasia hasta la fotografía digital, pasando por las labores tradicionales y la pintura. A las 4.30 de la madrugada ya había gente esperando, a pesar de que hasta las 9 no se abría. Una persona que llegó a las 5 obtuvo el número 19. En total se repartieron unos 300 números. Dado que muchas personas eligen dos talleres, echen cuentas de las personas con deseos de hacer algo. Esto tiene varias lecturas. En primer lugar pone de manifiesto el prestigio que estos talleres tienen. También indica que son muchas las personas deseosas de hacer algo, pero al mismo tiempo expone la necesidad de aumentar el número de talleres y de plazas. De manera que es imprescindible aumentar el presupuesto y dotar de más personal y espacios. Tampoco es de recibo que sea preceptivo darse un madrugón, por lo que esperamos que la matriculación se organice mejor. Como todos los años, había un hombre por cada 70 mujeres. Me dio vergüenza de género, pero es lo que hay. Quizás la hora de los talleres puede coincidir con la retransmisión de un partido o con la partida de mus. En las escuelas de deportes supongo que sucedería lo mismo. Y muy pronto comienza el Ateneo sus múltiples actividades. Y hay muchas ONGs con necesidad de voluntarios. El que se aburre y no ocupa su tiempo es porque no quiere. Viendo la cola que había me tiré de los pelos. ¡Pero cómo no se me habría ocurrido poner un puesto con chocolate con churros!