Encuentro a unos taxistas en la parada. Mientras esperan viajeros y sobre sus autos cae el sol de mediodía ocupan su tiempo en buscar una sombra bajo la que guarecerse del fortísimo calor que padecemos los cacereños en la época estival.

Las puertas de sus vehículos permanecen abiertas con la esperanza de que se establezca una corriente que refrigere su habitáculo. Un poco ingenuos me parecen, porque en estas épocas en Cáceres lo más corriente es que haya pocas corrientes, a las cinco de la tarde ninguna, y si las hubiese serían de aire calentorro. Demandan una marquesina. "Nos la prometió Saponi, pero no la ponen".

La verdad, me cuesta creer que Saponi prometa algo y luego no lo cumpla. ¿No estará mirando por la salud de algunos taxistas? Porque hay taxistas con una respetable barriga y como es malo para la salud, quizás piense que es mejor que el taxi se convierta en una sauna y su propietario deba sudar la gota gorda. "¿Y los que somos delgados?" Hombre, depende. ¿Solamente montan viajeros delgados? "Es que pueden freir los huevos dentro del taxi". Pero ¿los del conductor o los del usuario? ¿Se fríen también los boquerones? Pues podríais aprovechar y hacer una oferta veraniega a los clientes: "Dos huevos fritos con patatas y boquerones". Y todo por 10.000 pesetas, como el famoso anuncio.

"Mucho cachondeo, pero los clientes se quejan". Naturalmente. Que te frían los huevos a ti, verás la risa que te entra. "Pero bueno ¿va a escribir algo para que Saponi nos ponga la marquesina?".

Si hombre y para que, si no la pone, os regale un litro de aceite de oliva virgen, que así quedan muy apetitosos los huevos fritos.

Aunque quizás tengáis una asociación o un sindicato que se ocupe de esas cosas.