Los arquitectos de la comunidad de propietarios revisan el edificio de La Madrila baja al que pertenecen los siete locales precintados para comprobar si los cimientos están afectados. Un día después de que el ayuntamiento decidiera cerrar de manera preventiva los locales del bloque que tienen salida a la plaza de Albatros por daños en la estructura, técnicos de los locales, el administrador de fincas y el ayuntamiento se personaron en los bajos del número 1 de Hernán Cortés para realizar las primeras mediciones del espacio y comenzar a elaborar los informes que deberán presentar al ayuntamiento en los próximos días.

Las partes afectadas tendrán que realizar una inspección del edificio y posteriormente, en tres semanas, deberán presentar ante un estudio y realizar las obras de refuerzo que sean necesarias «para devolver al inmueble las condiciones de seguridad». Si la comunidad de propietarios no asume la obra, la ejecutará el ayuntamiento de forma subsidiaria. Este diario se puso en contacto con el administrador de fincas Casares, responsable de la gestión del edificio, que declinó realizar ninguna declaración al respecto.

El aviso de precinto «inmediato» se notificó ayer por la tarde y afecta a siete accesos, dos sin actividad y el último, un portal para acceder a las plantas superiores cuatro que pertenecen a tres locales de hostelería, Deja Vu, Ivanhoe 3.0 y Velvet. Fue precisamente una licencia de obras menores en uno de estos tres espacios lo que propició la visita de los técnicos municipales que advirtieron irregularidades estructurales en el sótano. Según detalla Agustín Flores, uno de los técnicos municipales presentes ayer en las primeras tareas de medición, los daños afectan a un forjado. Ratificó lo expuesto en el informe municipal y detalló que se ha producido en una parte del sótano una oxidación de las armaduras «propiciada por falta de mantenimiento, falta de ventilación y filtraciones de agua» y esto ha provocado que con «el tiempo se haya producido la corrosión de la armadura, fractura y pérdida del hormigón de recubrimiento y pérdida de sección resistente del armado».

Entre los empresarios que estuvieron presentes ayer durante la jornada de ayer en los locales se encuentra Emilio Cabreros, dueño de Ivanhoe 3.0, uno de los locales precintados. En ese sentido, asegura que trabaja con sus propios técnicos para presentar un informe. Alega que en su caso, solo el almacén y una parte de la entrada se ven afectadas por las deficiencias en el forjado y confía en reabrir «lo más rápido posible». «Cerrar un negocio fastidia a todo el mundo», lamenta, no obstante aplaude la diligencia del consistorio para resolver la incidencia.

Por su parte, el alcalde en funciones de Cáceres, Pedro Muriel, explicó que el precinto se ha hecho atendiendo a un informe técnico, «por seguridad y cautela» y teniendo en cuenta que los tres locales de copas de la Madrila baja son lugares de concurrencia pública. No obstante, descartó que supongan un riesgo para las viviendas ubicadas en este bloque.