El presidente de la Diputación de Cáceres, Laureano León, y el presidente de Cruz Roja Española en Extremadura, Sebastián Calvarro, firmaron ayer dos convenios de colaboración para mantener y gestionar el servicio de teleasistencia. Con estos acuerdos, cuya financiación total asciende a más de 600.000 euros, se garantiza ofrecer cobertura a más de 3.200 personas mayores, discapacitados y dependientes en la provincia.

El primero de ellos, que tiene un coste de 580.000 euros y da cobertura a 2.930 terminales, se trata de un acuerdo de Teleasistencia General destinado a mayores o discapacitados. La Diputación destina el 65% del importe y la consejería de Salud y Política Social del Gobierno de Extremadura, a través del SEPAD, aporta el 35% restante.

Por otra parte, las personas que tengan reconocida una situación de dependencia según lo establecido por Ley podrán beneficiarse del convenio específico. En este caso, los 62.700 euros que suponen ofrecer cobertura a 275 terminales corren a cargo del SEPAD en su totalidad.

Ambos convenios se firman para que los usuarios dispongan de este servicio mientras se gestiona el concurso público de adjudicación con carácter plurianual 2014 y 2015, que se encuentra en fase de tramitación.

SERVICIO El presidente de Cruz Roja en Extremadura explicó que el servicio de teleasistencia que prestan supone "estar constantemente al lado de las personas mayores", y aseguró que también se realizan "actividades extras" como sacar de paseo a las personas "cuando les haga falta o ellos quieran". El voluntariado no sólo acude al domicilio en caso de emergencia médica, sino que la atención es completa.

Según informó la diputada delegada, Pilar Martín, para ser usuario de este servicio la persona tiene que ser primero evaluada por los Servicios Sociales de Base de los municipios y luego se deriva a la Diputación, quien asignará los diferentes terminales y se lo comunica a Cruz Roja.

Por su parte, el presidente de la Diputación afirmó que este recurso permite al usuario permanecer en su medio habitual sin perder contacto con su entorno más cercano, así se evita "el desarraigo, asegurando la seguridad y una mejor calidad de vida".