María del Pilar Amador, gerente de la pensión Carretero, en la plaza Mayor desde 1937, observa dos intereses diferentes. Por un lado, el del turista que viene a comer en los restaurantes o taperías de la zona, que no busca hacer noche y al que es más factible fidelizar. Por otro, el de las pernoctaciones. "Creo que hay más alojamiento del que se necesita. La oferta es muy amplia y la demanda, baja", resume Amador, quien también lanza propuestas como "aumentar el número de actividades como la del Mercadillo Medieval o el Extregusta", además de "elaborar un programa de eventos a lo largo del año centrado en las épocas malas para el turismo". También reclama el traslado de la oficina de turismo a la plaza Mayor, lugar de gran afluencia turística, y celebra el enriquecimiento que traen los militares.