Silvia Fernández pertenece al bloque de trabajadores que salió de Atento en noviembre, cuando Endesa solicitó el ´recorte´. "Me enteré de casualidad. Estaba trabajando y de repente me dijeron, ´estás despedida´", relata en el mismo bar en el que durante tres años ha estado compartiendo charlas con los compañeros a la salida o la entrada del trabajo. "Con la llegada de Endesa se hicieron muchos contratos fijos y muchos compañeros nos metimos en hipotecas", afirma.

En su caso, además de hipoteca y coche, tiene tres hijos adolescentes y un marido que, como ella ahora, se encuentra en paro. "Es gruísta y con los problemas de la construcción se fue a la calle. Ahora yo también", incide con notable preocupación. Asegura que van a esperar y que de momento ella va a hacer un curso de Enfermería y su marido uno de instalaciones de energía solar. "Nos damos de plazo hasta julio para encontrar un empleo aquí; si no, buscaremos fuera", zanja.

Una nueva rutina

Tener algo que hacer todos los días es lo que más va a echar en falta otra de las trabajadoras afectadas, Mari Angeles Piris. "No me preocupa ahora la hipoteca porque mi pareja tiene trabajo y yo podré cobrar el paro un tiempo", afirma esta joven de 28 años y 4 con contrato indefinido en Atento, que reconoce que hay otros compañeros en peor situación.

Pero siempre está la incertidumbre. "Espero ser una de las primeras cuando llegue un nuevo servicio", afirma.