Sierra de Fuentes volvió a vivir el pasado jueves una noche tensa. El pleno que celebraba la corporación municipal, como ya ha ocurrido en ocasiones anteriores, fue escenario de insulto, descalificaciones, y hasta agresiones. De nuevo, se hizo necesaria la intervención de la Guardia Civil que, a requerimiento del alcalde de la localidad, Andrés Guerra, desalojó a los concejales de la oposición.

"Cansado" por una situación que asegura "ya se me escapa de las manos", el alcalde, acompañado por algunos concejales y vecinos lesionados durante el pleno, se desplazó ayer hasta Mérida con el fin de "pedir a Ibarra, como secretario general del PSOE, que medie en este conflicto, pues como esto siga así algún día va a pasar algo gordo en nuestro pueblo". Fue lo que transmitió a Román Bolaños, secretario particular del presidente, que les recibió en su nombre.

La tensión que se vive en Sierra de Fuentes, y que va en aumento, comenzó cuando tres concejales del PSOE --uno de ellos Guerra-- se marcharon del grupo y, como socialistas independientes, se unieron a los dos ediles del PP, dejando en la oposición a cuatro del PSOE.

Se culpan unos a otros de la situación, y sobre lo ocurrido en el último pleno discrepan. El alcalde sospecha que son intereses urbanísticos los que motivan los conflictos con los concejales de la oposición, que asegura les insultaron y amenazaron. El portavoz el PSOE, Alejo Nevado, lo niega. Mantiene que ni él ni ninguno de sus concejales provocaron altercado alguno, extremo que confirmaron a este diario otros miembros de la corporación.

Nevado sí reconoce que hubo agresiones, pero entre los vecinos que asistieron. Y mantiene: "si el alcalde llamó a la Guardia Civil para desalojarnos es porque uno de los concejales del equipo de gobierno había anunciado que votaría en contra del presupuesto, lo que les quitaría la mayoría. Con nosotros fuera, podía aprobarlos".

El edil del PP referido, Julián Polo, confirmó a este diario que no dio su voto al presupuesto y la plantilla.