Termina la ronda de declaraciones por el caso que investiga el suicidio de una mujer de 77 años en el hospital San Pedro de Alcántara el pasado mes de enero. La semana pasada dio su versión de los hechos la supervisora de la tercera planta, donde se encontraba ingresada la enferma. Según indicó el abogado que defiende a la familia de la fallecida, Daniel López, esta aseguró que las enfermeras no le habían solicitado muñequeras para atar a la mujer que se precipitó al vacío, sino que solo se le había requerido el cinturón de seguridad. Cabe recordar que la mujer ingresó con una meningitis que le provocaba alucionaciones, por lo que necesitaba atención las 24 horas. La mujer se precipitó al vacío desde la ventana en un momento en el que no había nadie en la habitación (sus sobrinos -no tenía hijos- avisaron en enfermería de que se tenían que ausentar, para que estuvieran pendientes de ella). Por esta razón los facultativos le pusieron ese día un cinturón de seguridad que solo puede abrirse con una llave y aseguran que le ataron las manos con unas vendas (no con muñequeras, como dice el protocolo), para inmovilizarla. Los familiares acusan al SES y a los sanitarios de un homicidio imprudente.