Los ayuntamientos de las ciudades declaradas por la Unesco patrimonio de la humanidad (entre los que se incluye el de Cáceres) no ponen trabas a los establecimientos que quieren poner terrazas. Siempre que cumplan con la normativa legal, la terraza se concede. Así ocurre, por ejemplo, en Santiago de Compostela, donde en la zona del Ensanche hay numerosos veladores de mañana y tarde. Sucede lo mismo en Salamanca, ubicados en la Rúa.

Toledo, por su parte, escogió la zona del río para trasladar allí la movida. En Segovia tampoco hay problemas. Dependiendo de la vía pública de que se trate, el establecimiento puede instalar su terraza. Eso sí, en el casco histórico es difícil porque las calles son estrechas.

En La Laguna ocurre lo mismo que en Segovia. La propia configuración del casco antiguo impide la instalación de veladores. Según indica el ayuntamiento sólo hay un local de la movida que cuenta con una terraza. El resto de la diversión se aglutina en la zona conocida como el Cuadrilátero, pero los pubs no colocan terrazas por el frío, aunque la normativa sí contempla esta posibilidad.