Cuando el jurado que valore los méritos de Cáceres para ser capital cultural europea nos visite, se encontrará con una Semana Santa de Interés Turístico Nacional, una ciudad Patrimonio de la Humanidad, una judería perteneciente a la red Caminos de Sefarad, una de las pocas capitales europeas con yacimientos arqueológicos en pleno casco urbano...

Podrán asistir, además, a festivales como el Womad, el de Teatro Clásico, el de Folclore de los Pueblos del Mundo, el de Música Sacra, el Festival Flamenco de Cáceres, el de Música Antigua y el de Música Irlandesa, que por cierto, este año celebra su segunda edición contando con el apoyo y la participación de la embajada de Irlanda.

La red de museos y bibliotecas no es desdeñable: hay tres centros de interpretación en Obispo Galarza, Aldea Moret y Cáceres el Viejo, contamos con la biblioteca Alonso Zamora Vicente, además de la autonómica, que ya estará remozada, y la del palacio de la Isla. Los archivos del palacio de Moctezuma y de la Diputación en Pintores.

Museos y galerías

Podrán visitar el museo de Cáceres, el municipal, el árabe, el Pedrilla... Las salas de exposiciones de la Diputación, de la Caja de Extremadura, de Caja Duero, del Centro Cultural San Jorge, del gobierno militar, del palacio de Carvajal, del palacio de la Isla... Las galerías María Llanos y Bores y Mallo...

Es muy posible que ya funcionen el edificio Embarcadero, el Centro de Arte Helga de Alvear, el centro de interpretación municipal de la plaza de Santa María, etcétera, etcétera.

Pero además, la ciudad feliz cuenta con tesoros desconocidos que habría que valorar como se merecen. La pasada semana, el alcalde visitó una habitación, cedida amablemente por el hotel Extremadura, donde la Peña Amigos del Flamenco atesora parte de su patrimonio: 10.000 registros sonoros, 600 libros, una valiosa colección de instrumentos y cientos de fotografías. Sólo falta encontrar un lugar digno para mostrar este acervo.

El presidente de la Peña Amigos del Flamenco es Federico Vázquez, que tiene una colección de 800 piezas de cerámica extremeña. Son más de 20 alfares completos, muchos de ellos desaparecidos. Hace una veintena de años los quiso donar a la diputación provincial, pero acabaron perdiéndole la documentación y nunca más se supo.

Más tesoros cacereños: la colección de trajes del grupo El Redoble. Es formidable: sus componentes podrían actuar todos 10 veces sin repetir traje. Pero están guardados y no se pueden contemplar.

Lo mismo se podría decir de la inabarcable colección de fotografías de Cáceres y los cacereños de Juan Guerrero, de la magnífica biblioteca del fallecido profesor Juan Manuel Rozas, que se guarda en su casa de la avenida de la Montaña, hasta la que llegan investigadores en busca de datos inencontrables en otro lugar.

Se perdieron los archivos privados de Franco, ofrecidos gratuitamente, aunque el ayuntamiento se hará con el archivo fotográfico de Marchena y habrá un trato adecuado para este tesoro. ¿Pero qué pasa con la colección de grabados del museo de Cáceres, y con los cuadros que guarda la diputación porque no hay dónde exponerlos? La ciudad feliz tiene patrimonio suficiente para hacer un museo de Bellas Artes.

Hay otro tesoro que permite competir con cualquier ciudad en el ámbito de la música clásica: la Asociación Musical Cacereña, que cumple su 35 aniversario, cuenta con 350 socios (pagan 4 euros al mes) y ha organizado 735 conciertos, aunque se ha perdido parte de su patrimonio: cintas grabadas de conciertos de músicos de la categoría de Narciso Yepes.

¡Ah!, una solución para realzar todo este patrimonio sería el centro cultural Coliseum de Caja de Extremadura, pero ¡ay!, los vecinos ponen pegas porque antes que la cultura está el maná de la caja.