La testigo protegida en el caso de los dos policías acusados de presunta corrupción en la legalización de inmigrantes --la súbdita marroquí que con su denuncia motivó la investigación-- ratificó ayer en la vista oral su denuncia contra los dos agentes y las hermanas marroquís propietarias de un club situado en Jarandilla de la Vera, en el que ella trabajó 10 meses.

Esta testigo, de la que se desveló su identidad, pero que declaró desde el anexo existente para testigos protegidos al no estimar la Sala el recurso presentado por las defensas para que lo hiciera con presencia en la propia sala de vistas, mantuvo que las propietarias del club "cobraban a marroquís de la zona por conseguirles los papeles", así como que el dinero que obtenían "lo compartían con los dos policías".

Afirmó que llegó a ver a uno de los policías con una de las propietarias del club "arreglar papeles en uno de sus reservados", pero reconoció que nunca vio a ninguno de los acusados cobrar el dinero. No obstante, incidió una y otra vez en su afirmación de que cobraban "entre 500.000 y un millón de pesetas por arreglar papeles, y esto es algo que en la zona lo sabe todo el mundo", dijo.

Pese a la presión a la que durante más de una hora la sometieron los cuatro abogados de la defensa con sus interrogatorios, ella se mantuvo firme. "Están intentando confundirme preguntándome veinte mil veces lo mismo, pero lo que he dicho es la verdad, cobraban y se repartían el dinero, y todo el mundo lo sabe", llegó a decir.

Por el contrario, el resto de los testigos citados ayer --cuarta sesión del juicio-- mantuvieron que en ningún momento vieron a alguno de los acusados cobrar dinero ni arreglar papeles. Incluso dos mujeres, a las que la testigo protegido se refirió afirmando que las habían cobrado, negaron haber pagado nada por sus papeles.

A LA ESPERA DE LAS ESCUCHAS

Hoy se celebra la quinta vista oral de este juicio, uno de los más largos celebrados en la Audiencia Provincial de Cáceres. En ésta declararán los testigos de los abogados defensores, con lo que concluirán las sesiones testificales.

Finalizadas éstas se dará paso a las de las escuchas de cintas que con conversaciones telefónicas de los acusados fueron grabadas por los agentes de Asuntos Internos durante los nueve meses de investigación, escuchas muy esperadas por todos, pues los abogados defensores no han tenido ocasión aún de conocer sus contenidos.