La Audiencia Provincial juzgó ayer a A. B. D. C., un minusválido de 47 años al que se acusa de provocar un incendio en el Centro de Atención a Minusválidos Físicos (Camf) de Alcuéscar el 25 de diciembre del 2002, así como de dos delitos de amenazas y atentado. El Ministerio Fiscal solicita para el acusado una pena total de 18 años de prisión --15 por el delito de incendio, dos por el de atentado y un año por el de amenazas--.

Más de una decena de testigos, desde la directora, cuidadores y otros trabajadores del centro, a agentes de la Guardia Civil, declararon en la vista oral. Todos reconocieron en sus declaraciones el carácter agresivo y violento del acusado durante los años que estuvo ingresado en el Camf. Se puso de manifiesto el hecho de que ya se produjo un incendio en el centro nada más llegar este interno y los numerosos enfrentamientos y amenazas mantenidas tanto con otros internos como con personal del centro.

El acusado, por su parte, negó en todo momento que él provocara el incendio que se originó en un microbús estacionado en el centro y que se extendió a otros tres vehículos, poniendo en serio riesgo la vida del casi centenar de internos que dormían en el edificio la noche de Navidad del 2002.

"Todo ha sido una invención. Quieren hacerme culpable para justificar mi expulsión del centro, que intentaron algunos cuidadores durante mi estancia por haber denunciado tanto en los juzgados como en la prensa el trato vejatorio y la falta de atención por parte de algunos cuidadores", aseguró manifestando ser víctima de una persecución.