Peter Gabriel creó en 1989 el sello Womad para explorar y expandir los sonidos del planeta. Cáceres ha sido su altavoz más longevo en España y su segunda sede en el mundo. El 10 de mayo comienza la 27ª edición del festival multiétnico. «Está mal que lo diga, pero siento que estamos ante uno de los mejores carteles de los últimos años. Cada edición tiene sus alicientes y trabajamos intensamente, pero esta vez hemos conseguido juntar a varios artistas que teníamos en nuestra lista de los deseos», afirma Dania Dévora, directora del certamen.

Sin duda, una buena carta de presentación. «Estoy segura de que vamos a vivir muchísimos momentos musicales inolvidables», subraya la responsable. Alicientes no faltarán: 32 artistas de 11 países tomarán los escenarios de la plaza Mayor, San Jorge y Santa María del 10 al 13 de mayo, ante unas 150.000 personas si se repiten las cifras de 2017. El programa se adereza con un verdadero sinfín de propuestas: talleres para mayores y niños, ciclo de cine dedicado a África, actividades relacionadas con el lenguaje y la música, exposición fotográfica, pasacalles, Mercado Global y Comidas del Mundo...

«Siempre que pensamos en Cáceres nos invade la alegría», se sincera Dania Dévora, que durante años ha mostrado una atracción muy especial hacia esta ciudad. «Hablamos de una de las relaciones más largas y fructíferas del festival con un lugar. Ya existen treintañeros de Cáceres que no recuerdan lo que es su ciudad sin Womad. Es más, nosotros, que ya tenemos algún año más, ¡tampoco guardamos muchos recuerdos de mayo sin vivir un lleno de música, arte y color en las calles de Cáceres!», destaca.

La organización se muestra muy agradecida, y a la vez comprometida, por la buena aceptación de la 27ª edición desde la confirmación de las fechas. «Esperamos que el público siga disfrutando del festival como lo han hecho hasta ahora: con la mente abierta, con curiosidad y con ganas de pasarlo bien», subraya. Y es que Womad continúa siendo territorio de acogida y diversidad. Su mensaje cobra si cabe más vigencia. «Es cierto que el mundo está enfrentándose a retos tremendos, desde el drama de los refugiados hasta el problema del cambio climático o determinadas posturas políticas, que se entienden mejor aplicando lo que algunos llaman el espíritu Womad’», concluye la directora.