La Audiencia Provincial de Cáceres tiene todo listo para celebrar el primer juicio con jurado de la región tras la crisis del coronavirus. Será este lunes 15 de junio, cuando el tribunal juzgue a Santiago Cámara, acusado de matar a su mujer con un cuchillo en Arroyo de la Luz. El caso se ha instruido como un delito de homicidio y violencia de género, aunque la Fiscalía estima que lo hizo en defensa propia.

En la sala de vistas se han instalado mamparas para garantizar la separación entre los miembros del jurado (son nueve). Los micrófonos tendrán plásticos para proteger las secreciones salivares que se producen al hablar y se permitirá acceder a un número reducido de personas para evitar aglomeraciones y garantizar la distancia de seguridad entre todos los intervinientes (el acusado, los abogados, el fiscal y los peritos y testigos).

Cámara se enfrenta a una petición de condena de tres años de cárcel por parte del Ministerio Público y de trece años por parte de la familia de su mujer, Sofía Tato. La Fiscalía cree que la mató en defensa propia, después de que ella intentara asesinarle mientras dormía. En el informe del fiscal se hace referencia a la desaparición del dinero de las cuentas familiares. En concreto, de una de ellas, la fallecida sacó casi 104.000 euros en solo un año. Ella era, destaca la Fiscalía, quien se encargaba normalmente de las gestiones bancarias. El matrimonio tenía un depósito a plazo fijo de 96.000 euros que se transfirió a la cuenta común. De esta es de la que Sofía Tato sacó el dinero y lo ingresó en cuentas de Ghana, según cree el Ministerio Público.

El acusado ignoraba la situación económica en la que se encontraban hasta que el propietario del restaurante en el que celebraron la comunión de una de sus hijas le informó de que aún no habían pagado la factura del evento. Cámara le dijo a su mujer que le hiciera una transferencia y esta sacó 1.200 euros de la cuenta de sus padres, en la que figuraba como autorizada, para hacer frente al pago. Después, según el fiscal, ofreció distintas versiones de lo que había ocurrido con el dinero.

El día que falleció ambos se habían citado en el banco para informarse de lo ocurrido, pero de madrugada ella intentó acabar con su vida. «Se puso un guante en la mano, cogió un cuchillo de los que se usan para deshuesar matanzas y le asestó varias puñaladas mientras dormía», dice el fiscal. Forcejearon hasta que él logró arrebatarle el arma y se la clavó en el pecho. Le llegó al pulmón causándole la muerte.

Por el contrario los padres de la fallecida estiman que la mató a conciencia y piden trece años de prisión. Creen que le clavó el cuchillo en el seno de una discusión por el dinero desaparecido. Y aseguran que, cuando la mujer yacía en el suelo, llegaron sus hijas que presenciaron cómo le propinaba varias patadas. Dicen que alzó de nuevo el cuchillo para agredirla pero que una de las niñas lo paró.