Todos los colegios privados de la capital asumen con esfuerzo el coste de impartir el ciclo de bachillerato, a pesar de que ninguno ha tenido que sufrir un descenso del alumnado tan gravoso como el Paideuterion, que se ha visto abocado a suprimirlo, según valoraron ayer a este diario los directores y otros responsables de estos centros. "Todos vamos con la soga al cuello porque es un ciclo deficitario para todos los centros, pero vamos tapando agujeros", explica el director del San Antonio de Padua, Francisco Arias Marcelo.

Tanto este como los directivos del Licenciados Reunidos, Domiciano Iglesias, como de las Carmelitas, María Soledad Jiménez, lamentaron la desaparición del ciclo tan "significativo" en el histórico Paideuterion. "Es una gran tristeza porque es una opción que pierde la ciudad y de un centro puntero", apunta Iglesias.

Este, que dirige una cooperativa como la del Paideuterion, aseguró que la decisión debió ser "dolorosa" para los profesores, aunque aclaró que la educación "no es un negocio, sino un servicio" y que "hay que ir quitando de aquí y poniendo allí". "Todos tenemos problemas de economía, como todas las empresas. Nosotros hemos tratado de generar beneficios por otro lado", especifica Iglesias.

Licenciados Reunidos, las Carmelitas, el Sagrado Corazón, las Josefinas y el San Antonio mantienen entre 50 y 60 alumnos por curso en este ciclo no obligatorio y en algunos, como el caso del Licenciados, favorecido por estar ubicado en una zona de expansión de la ciudad, la tendencia es ascendente año tras año. El Paideuterion solo tenía 14 preinscritos en primero de bachillerato para el curso 2008-09.

En todos estos centros, el pago mensual por alumno es de 195 euros, en primero, y 210 euros, en segundo. "No nadamos en la abundancia, porque supone un gran esfuerzo por el coste tan elevado que son las optativas", apostilla Iglesias.

En el colegio religioso Sagrado Corazón, por ejemplo, ha habido años en que asignaturas como Latín o Historia del Arte solo han contado con 3 o 4 matriculados, lo que significa un profesor para este grupo tan reducido y el coste que esto supone. "Antes de perder al alumno, nos esforzamos incluso perdiendo y hacemos excepciones aunque no siempre porque es muy deficitario. Cada vez se hace más difícil porque no se puede ofertar tanta diversidad", señalan desde este centro.

BACHILLERATO CONCERTADO Los centros sustentados por comunidades religiosas, todos los citados menos el Paideuterion y el Licenciados, capean las dificultades gracias a los profesores religiosos, "que cobran menos", apunta Arias Marcelo, o a las aportaciones de estas comunidades que "cubren los agujeros".

La directora de las Carmelitas, María Soledad Jiménez, considera, no obstante, que los colegios "no están hechos para lucrarse, sino únicamente para obtener medios dignos para educar". De ahí, dice, que los centros busquen mantener a los alumnos desde principio al fin de su etapa escolar.

Es el director del San Antonio el que aporta una solución a estos males y que daría "libertad de enseñanza": el concierto con la administración de este ciclo educativo, como se hizo con Infantil. "Ya existe en otras comunidades, como Valencia, Cataluña o el País Vasco y vendría a solucionar las dificultades con las que tenemos que afrontar esta enseñanza".