Según el lema que el PP ha elegido para su recogida de firmas en contra del Estatuto de Cataluña, por cierto muy acertado, me refiero al lema y no a la campaña, vamos a opinar acerca del futuro proyecto de Ordenanza Reguladora de la Convivencia Ciudadana y de la Protección del Entorno Urbano que el Ayuntamiento de Cáceres tiene previsto aprobar.

Según hemos aprendido, los derechos de la Constitución no tienen que ser vulnerados en ningún momento, ya que esos derechos están para que se cumplan por todos los ciudadanos y para que todos los ciudadanos disfrutemos de esos derechos y libertades que nos han sido reconocidos. Por poner unos ejemplos, usted, señor comerciante, tiene derecho a que yo no pinte su escaparate con un espray de pintura; cualquier persona tiene derecho a repartir octavillas sin pedir autorización a nadie y si alguien las tira al suelo, no es el problema de la empresa o asociación. Hasta aquí, todos de acuerdo.

Cuando leemos la ordenanza comprobamos en su texto y en su contenido que hay derechos reconocidos por la Constitución que se vulneran. A saber: la libertad de expresión, la libertad de manifestación y la libertad de reunión. Por ejemplo, para convocar una manifestación, el Ayuntamiento de Cáceres, ordenanza en mano, te puede exigir una fianza para restaurar posibles desperfectos del mobiliario urbano. La fianza, evidentemente, la adelanta el grupo convocante y no el ciudadano que erróneamente decide romper farolas o quemar papeleras.

Como ciudadanos tenemos que preguntarnos si el ayuntamiento tiene competencias para vulnerar y limitar estos derechos. La cuestión es ¿no tiene recursos suficientes esta corporación municipal para disuadir la pintada en la fachada de un domicilio particular que tiene que sacar esta ordenanza? La pregunta nos la podemos responder nosotros mismos: tienen suficientes normativas para ello. De la publicidad existe una ordenanza específica, de los ruidos otra, de la limpieza de la ciudad hay un servicio de limpieza encargado de la misma. Podemos concluir entonces que lo que pretende esta ordenanza es limitar determinados derechos y libertades poniendo como pantalla el gamberrismo gratuito.

Por cierto, si usted tiene un bar o un restaurante, el ayuntamiento, ordenanza en mano, le hace responsable de los altercados, destrozos... que un ciudadano pueda cometer en las inmediaciones de su local. Como podrán comprobar, la ordenanza es muy ambiciosa. ¡Echenle un vistazo y opinen ya que todos tenemos derecho a opinar!