«En mis 37 años de experiencia han sido los peores días de mi vida. Me encanta mi profesión y llevo un mes que vengo sin ganas». Son las palabras de Consolación Real, enfermera con 37 años de experiencia. Explica que el traslado del hospital San Pedro de Alcántara al nuevo fue «caótico» porque no estaba preparado. La infraestructura se había terminado de construir pero faltaba todo lo demás. De hecho muchos se prestaron para, de forma altruista, cargar y descargar el material y para colocarlo y organizarlo en las nuevas dependencias.

Estaban ilusionados por el cambio pero no fue como esperaban. «Teníamos ganas porque era un sitio nuevo y las infraestructuras que había en el San Pedro de Alcántara eran horribles. Aquí tenemos unas camas estupendas, en las que accedes al paciente mucho mejor. Todo eran facilidades pero ha sido muy complicado poder desempeñar el trabajo», señala esta enfermera. Poco a poco fueron adaptándose a la nueva situación pero la decisión de unificar las especialidades de Cirugía Plástica, Neurocirugía, Urología y Digestivo lo ha complicado aún más. «Estamos desbordadas, tengo un miedo horroroso a que me pase algo y creo que la atención del paciente está afectada y no tiene una seguridad», afirma Consolación, cuyo discurso es apoyado por el resto de sus compañeras.

Dice que las especialidades de Cirugía Plástica y Neurocirugía necesitan unos conocimientos específicos por la atención que precisan los pacientes. «Este mes tenemos suerte de que la enfermera de Cirugía Plástica del turno de mañana está trabajando pero cuando se vaya ella de vacaciones no sé qué haremos», añade. Ayer se unió a sus compañeros en la protesta para exigir una solución a estos problemas que les impiden atender de forma segura a sus pacientes.