Vivir tiempos modernos en un barrio antiguo no es nada fácil. Los accesos y servicios, como es obvio, están adecuados a usos y costumbres de épocas bastante más remotas. Por esto, aparte del halago y la admiración hacia esta zona como un tesoro a "cuidar y conservar", el poso de la diaria interacción con este monumental entorno cada uno lo lleva como puede. Personalmente, puedo afrontar a pie muchas de mis actividades diarias, por lo que el uso del coche se reduce al acarreo de compra o porte de pesos más o menos pesados. Entiendo que otras familias residentes usen el coche cada día para llevar sus hijos al colegio o desplazarse donde sus necesidades laborales o personales lo requieran. No por esto y, dado que las plazas de aparcamientos son escasas para el flujo de vehiculos que existe en esta circunscripción, debemos dar un uso de depósito a esa emblemática zona. En otras palabras: hay que usar comúnmente estas zonas como acceso, pero no explotar su uso. No podemos olvidar que la parte antigua es una de las señas de identidad de la ciudad. Los aparcamientos siempre son necesarios y serían adecuados contenedores en las zonas circundantes del perímetro monumental (también en el resto de la ciudad, por supuesto) pero, mientras se definen o construyen, no podemos anteponer nuestras necesidades al cumplimiento de las normas de circulación que para esto, afortunadamente, existen.