El tijeretazo se ha hecho efectivo. De las mil tarjetas que el pasado año permitían el acceso en vehículo a la Ciudad Monumental se han desactivado más de 500, y a día de hoy quedan operativas menos de la mitad, exactamente 490, incluidas las 100 nuevas de los vecinos de Caleros y Tenerías. "Aquello no tenía ni pies ni cabeza, todo el mundo disponía de tarjeta. Los turistas veían más coches que monumentos, la situación no podía seguir así de ninguna manera", explica el concejal de Movilidad Urbana, Carlos Jurado, que ha facilitado a este diario los detalles del recorte. Además, de ahora en adelante se mantendrá un control continuo sobre los pases para evitar que el problema se repita.

La restricción del tráfico en el casco histórico se inició en el 2003. A partir de ese momento sólo se permitió el paso a residentes, vehículos de carga y descarga y servicios de emergencia mediante tarjetas. Pero hasta el año pasado ya se habían dado cientos de pases "y la Ciudad Monumental se acabó convirtiendo en un gran párking al aire libre", recuerda Jurado, quien expuso el problema ante la Comisión de Movilidad Urbana y Seguridad Ciudadana. "Es cierto que todos los grupos políticos han dado su apoyo a este proceso", subraya el concejal responsable.

Un estudio más exhaustivo sobre la situación resultó "demoledor". El total de pases ascendía a 995. "Era un caos, un desbarajuste, no podía funcionar", afirma el edil. Las primeras 150 tarjetas se desactivaron en junio del pasado año y la policía local anuló otras tantas en septiembre, la mayoría de exconcejales y exvecinos (muchas ya estaban inoperativas pero no se había recuperado). Uno de los primeros pasos fue el recorte de los setenta pases de la plaza de Piñuelas, muy utilizada por el personal del ayuntamiento, "para dar ejemplo", recuerda Carlos Jurado.

ESTABILIZADO El proceso ha seguido adelante hasta recortar 505 tarjetas y dejar las 490 actuales. "No ha sido un trabajo agradable, pero la situación ya se ha estabilizado. Ahora hay unas 30 peticiones en espera, es decir, el número habitual que fluctúa a lo largo del año entre altas y bajas", precisa el edil. Los usuarios se han mostrado por lo general "comprensivos", y aunque no ha faltado quien se ha sentido molesto por la desactivación de su tarjeta, "los argumentos son tan rotundos que no dejan lugar a dudas", explica.

El objetivo de esta medida no es otro que la puesta en valor de la Ciudad Monumental. "No pueden venir unos japoneses desde el otro extremo del planeta y llevarse la foto de varios coches tapando la fachada de un palacio del siglo XVI, eso es una barbaridad y eso es lo que nos ha movido a ser tajantes. Vamos a mantener una supervisión indefinida", advierte Carlos Jurado, recordando que "si Cáceres quiere un turismo que brille y deje ingresos, debe tener su escaparate siempre arreglado".