Las operaciones pediátricas de Traumatología están siendo derivadas al hospital Materno Infantil de Badajoz desde que abriera el nuevo hospital de Cáceres. Los traumatólogos se niegan a intervenir a estos pacientes en el San Pedro de Alcántara, donde se encuentra el servicio de Pediatría, y los anestesistas se oponen a participar en una operación con menores en el nuevo hospital, al ser un centro que no está preparado para estos enfermos. Ante esta situación los niños están siendo derivados a la capital pacense.

Es la única especialidad en la que ocurre esto, ya que el resto de operaciones quirúrgicas a pacientes pediátricos se están llevando a cabo en el hospital San Pedro de Alcántara, aunque la especialidad de la que hayan sido intervenidos se haya trasladado al nuevo complejo. Así, se han realizado ya operaciones de otorrino, hernias, fimosis,… Y todas en el San Pedro de Alcántara. Los anestesistas aseguran que lo hacen por la seguridad del niño, porque el nuevo hospital no cuenta con las prestaciones necesarias para atender a estos pacientes. El equipo de Anestesia insiste en que lo que quieren es operar a los niños con la seguridad con la que se hacía antes. Y añaden que entre los derechos de los niños está estar ingresados con otros niños, «en un hospital con servicios y plantas de hospitalización pediátrica».

El Servicio Extremeño de Salud (SES) asegura que «está protocolizando el circuito de las intervenciones quirúrgicas de los pacientes pediátricos con la colaboración de los servicios centrales y ese proceso está a punto de culminarse. Hasta ese momento, los criterios clínicos utilizarán, si así lo consideran, el hospital de referencia regional para intervenciones pediátricas».

EL ÚLTIMO CASO / El último caso que se dio fue el pasado jueves, cuando una niña de cinco años tuvo que ser operada en el Materno Infantil de Badajoz de una rotura de cúbito y radio. La pequeña, según explican sus padres, sufrió por la tarde una caída en el parque. Se dirigieron al San Pedro de Alcántara, donde le realizaron una radiografía y le inmovilizaron el brazo. Al comprobar que sufría una fractura fue trasladada al nuevo hospital, donde se encuentra el servicio de Traumatología, porque debía ser operada.

Ya en el nuevo complejo les informaron de que debía quedarse ingresada aquella noche ya que, al haber merendado, no podían operarla esa tarde. Durmió en la planta de Traumatología. «No tenían ni pijamas de niños, tuvieron que ir a buscarlo al San Pedro de Alcántara», indica su padre, Óscar López. A la mañana siguiente a primera hora prepararon a la pequeña para la operación y le pusieron una vía en el brazo para la anestesia, pero a la media hora les comunicaron que debían irse a Badajoz. «Nos dijeron que nos ponían una ambulancia pero decidimos irnos en el coche. La niña iba en pijama y con la vía puesta, tenía muchos dolores porque como la iban a operar no le podían dar calmantes. Es una vergüenza», añade el progenitor. En Badajoz fue recibida y operada en poco tiempo. Ese día volvió a casa.