Un mordisco que dio hace cinco años en la oreja a un joven llevará a Mariano M. F. tres años a la cárcel. Y es que con aquel muerdo amputó parte del lóbulo a su víctima, y por ello la Audiencia Provincial le ha condenado por un delito de lesiones agravadas --le causó lesiones con fuerte deformidad--, y aunque se le ha aplicado la atenuante simple de trastorno mental transitorio, pues el día del suceso el acusado estaba tomando medicamentos por sufrir un trastorno depresivo ansioso, y además había consumido alcohol, "lo que podía afectar sus facultades cognitivas y volitivas", la condena impuesta ha sido de tres años de prisión --supera los 2 años, pena que habría librado de ir a la cárcel al acusado por carecer éste de antecedentes penales--.

Los hechos por los que Mariano M. F., natural de Salamanca, de 27 años y residente en Coria, fue juzgado e irá a prisión ocurrieron el 19 de agosto del 2001 en Moraleja. Eran aproximadamente las 01.00 horas cuando se inició el altercado. Mariano M. F. se encontraba en las proximidades de un pub de la localidad cuando al pasar una pareja se dirigió al joven diciéndole: "¿Qué miras?", a lo que le respondió: "¿Es que no se puede mirar?".

EL SUCESO La respuesta motivó la agresión, pues tras ella, y de forma inmediata, el acusado se abalanzó sobre él "enzarzándose en una pelea durante la cual Mariano le ha propinado un mordisco en una oreja que le ha privado de parte del pabellón auricular izquierdo". Así lo recoge como hecho probado la sentencia de la Audiencia Provincial.

La agresión, a criterio del tribunal, "ha quedado acreditada". Para ello, añade en su sentencia, se cuenta con la declaración del propio acusado, que ya en el Juzgado de Instrucción, el 21 de agosto del 2001, reconoció haber "mordido la oreja del denunciante", aunque dijon que fue "sin querer"; y con otra del 2 de octubre del mismo año, en que ratificó esta declaración, añadiendo en esta ocasión que también él fue objeto de ataques por parte de los denunciantes.

Después, en el juicio, se matiza, "el acusado niega no sólo que él agrediera a R., sino incluso que el 19 de agosto del 2001 hubiera habido tal altercado". Pero cuando se le pusieron de manifiesto estas contradicciones en sus declaraciones "no supo dar una razón, respondiendo con evasivas". Ante ésto, el tribunal concluye que "esa forma de declarar no puede sino poner de manifiesto que cuando el imputado fue veraz en sus manifestaciones fue en el Juzgado, durante el período de instrucción".