Los que visitaron ayer el santuario de la Virgen de la Montaña se encontraron con una estampa poco habitual. La zona que da acceso a la entrada estaba acordonada. La sorpresa y estupefacción se adueñó ayer de los cacereños que suben a visitar a la patrona y los turistas que hacen parada esta semana en la capital cacereña. Ninguno pudo acceder a la ermita, ubicada en la zona más elevada de la ciudad, porque la noche del pasado martes sufrió un robo.

El incidente ocurrió de madrugada, a las cinco de la mañana. Según relata a este diario el mayordomo de la cofradía de la Virgen de la Montaña, Juan Carlos Fernández Rincón, tres delincuentes cubiertos con pasamontañas irrumpieron en el espacio emblemático para los cacereños y forzaron la cerradura de la puerta con un pico. Una vez dentro, los tres encapuchados sustrajeron la recaudación de los limosneros, causaron destrozos en el recibidor y en una placa de mármol y accedieron a la zona de la tienda de recuerdos, donde también se llevaron algún efecto de menor valor y un ordenador. Fernández Rincón no precisa la cantidad que robaron los ladrones y la sitúa en torno a los 200 euros. Lo cierto es que lo sustraído apenas alcanza valor económico, pero tanto Fernández Rincón como los afectados por el suceso inciden en el «susto» por el valor simbólico que representa el espacio para los cacereños.

La actuación de los delincuentes fue apresurada ya que las medidas de seguridad con las que cuenta el recinto funcionaron. Tanto las cámaras de videovigilancia como las alarmas sonoras registraron la actividad de los ladrones. De hecho, el sonido de la alarma alertó a los residentes de las fincas aledañas al santuario y fueron ellos los encargados de dar la voz de aviso a la policía que se personó de manera inmediata y evitó que los ladrones pudieran llevarse algo más. El ermitaño, que reside a unos metros de la zona, también alertó las fuerzas de seguridad.

En cualquier caso, Fernández Rincón insiste en que el camarín está intacto. La pequeña capilla interior que protege a la imagen de la Virgen de la Montaña cuenta con medidas especiales de seguridad y puertas blindadas. Ahora es la policía nacional la que tramitará las diligencias de la investigación y se encargará de aclarar lo ocurrido. De momento, desde primera hora de ayer, efectivos de la policía científica se encontraban en las inmediaciones de la ermita y analizaban pruebas que determinen la identidad de los autores del robo, que al cierre de la edición no habían sido localizados. En la plaza del santuario, decenas de curiosos aguardaban a las puertas de la ermita. Casualmente estaba presente en ese momento Benedicto Cacho, jefe de la policía local cacereña, que se encuentra de vacaciones y visitó ayer el espacio religioso.