Abrió la librería porque encargó un libro por correspondencia que jamás llegó. Y ahora cumple 15 años. La librería Todolibros se ha convertido en un icono para los ávidos lectores cacereños durante tres lustros y sigue. El buque insignia del papel en Camino llano resiste contra viento y marea a la nueva coyuntura de las letras. María Vaquero, la propietaria -antes eran dos-, que ahora es madre de Alicia, relata a este diario sus peripecias en la apertura y concluye en su arduo trabajo.

La avenida de las librerías en Cáceres estaba concentrada en Virgen de la Montaña, pero prefirieron una zona más alejada. Querían cambiar esa dinámica de la librería pequeña con un mostrador en el que el lector no pudiera ojear los textos que estaban a punto de comprar. «Buscamos un local y nos gustó y desde entonces todo ha ido fluyendo». Tesón y ganas no le faltan en un sector que ha ido cambiando los hábitos de consumo. «Al principio servíamos desde casa con una conexión a internet a pedales», recuerda. Ni las facturas ni los inventarios estaban digitalizados y puntualiza que esos trámites ahora son más cómodos. «Ahora sin la red no podríamos vivir». Ese cambio también ha cambiado la forma de comprar pero es optimista y aboga porque los dos formatos, papel y libro electrónico, seguirán conviviendo en armonía. «El mundo digital ha revolucionado todos los sectores, pero siempre hay clientes de libro físico», asevera y apostilla que «los nativos digitales consumen poco pero por necesidad siguen estudiando en papel».

Asume también que los gustos literarios ahora son más extensos y destaca el repunte de la ilustración, un género que antes se concentraba en un rincón, ahora ocupa espacios principales en los establecimientos.

Con respecto a la evolución de estos quince años, Vaquero apunta que sigue con la «misma ilusión» de siempre. «Le pongo muchas ganas y echo muchas horas, tantas que no están pagadas», confiesa, pero el balance es positivo. Argumenta que para ella «es entretenido» asistir a ferias, buscar ejemplares y encontrar editoriales. A día de hoy, solo pide una cosa para seguir al pie del cañón, «salud para seguir levantándome cada mañana». H