En Cáceres hay cabida para todos los placeres y esta semana ha habido cabida para tres. El primero ha saciado nuestro espíritu, el segundo ha saciado nuestro corazón y el tercero ha saciado nuestros oídos. Vayamos con el primero...

Serafín Martín Nieto nació en la calle Médico Sorapán, en las casas sindicales, en el seno de una familia de cinco hermanos. Su padre, Antonio, era agente comercial, su madre, María, fue durante mucho tiempo taquillera en el Gran Teatro. Jugaba con Joaquín Garrido y los Carlotos , que eran varios.

Estudió en el Padu hasta 6º de Bachillerato, en un régimen bastante disciplinario. Vamos, que el programa de televisión Curso del 63 se queda bastante corto al lado de algunos de aquellos profesores que vejaban y maltrataban a los alumnos y a los que éstos tenían un temor reverencial. Aunque, eso sí, había honrosas excepciones como las de Fajardo, Alfredo Villegas, Saponi, que daba Política y hacía gustar de las cosas de Cáceres, Antonio Navareño o Alfredo García Aragón, que daba unos buenos tutes de gimnasia.

Serafín inició sus estudios de Filología Románica el año que Cáceres fundó su universidad. Al terminar la carrera estudió alemán. Los 22 los cumplió en Béziers, la ciudad del sur de Francia donde nació Jean Moulin, uno de los grandes héroes de la resistencia francesa. En Béziers Serafín trabajó como lector de español.

La juventud de Serafín, a quien le cogió el 23-F estando en la mili en Melilla como soldado de caballería, transcurrió entre paseos de la Cruz a la plaza --bolsa de pipas en mano-- e incursiones al Metropol, que estaba en avenida de España esquina con San Pedro de Alcántara (allí había un mural de Narbón que seguramente muchos de ustedes recordarán). También iba al bar del Astoria, al Andrés (al lado del Arco de la Estrella y que llevaba Andrés García), al Sanatorio (un bar de la calle Paneras), al Cine Negro, de Pedro, y a Los Toneles, que estaban en la calle General Ezponda, también llamada calle empedrada, de los vinos o de los bares.

Sus amigos eran Joaquín Garrido, Jesús Merillas, Pedro Lumbreras, las hermanas Ana y Carmen Villarroel... Serafín fue profesor en Jaraíz, en Arroyo y ahora da clases en el instituto Agora. Pero Serafín es también mayordomo de la Cofradía de la Sagrada Cena. A Serafín siempre le ha gustado mucho la investigación histórica. Así que no fue difícil que entablara amistad con Antonio Rubio Rojas, ese tótem de nuestra Semana Santa, con quien formó parte de la comisión que hizo nacer la Sagrada Cena.

Hace años la cofradía celebra la novena de San Judas Tadeo, abogado de las causas difíciles. El martes estuvimos en la mesa de ofrendas y nos dimos cuenta que a esta cofradía la quiere mucha gente: el fotógrafo Juan Guerrero, Guadalupe Breña, del Horno de San Fernando, y su marido Julián López, Marcelina Elviro, Julio Barriga, el constructor, Angel Jara, de Pastelería Fara, Alvaro, el de la librería de la Montaña , Juan Gibello, dependiente de la Ortopedia Hurtado, Eugenia Morgado, que es enfermera, Ricardo Fernández Hernández, que prepara oposiciones, Javier Hormigo, que trabaja en el Parador de Jarandilla, Ana Román, Valentín Nacarino (hay que ver lo que se parece al Lute) o Francisco Cortijo, que lleva al menos 16 años de sacristán en Santiago.

Hijo Adoptivo

Vayamos con el segundo placer, ese que ha saciado nuestro corazón y que más que un placer debe ser un refocilo de esos que no te caben en el cuerpo. Y es que a Jesús Usón, profesor y promotor del Centro de Cirugía de Mínima Invasión, lo nombraron el miércoles Hijo Adoptivo de Cáceres.

El médico Juan Pérez de las Vacas, el escritor Antonio Bueno y el profesor Antonio Sánchez Buenadicha promovieron este nombramiento, sin duda merecido. Y aunque Usón es Medalla de Extremadura, Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo y fue distinguido con la Gran Cruz de Alfonso X El Sabio, lo cierto es que ser nombrado Hijo Adoptivo de esta ciudad ha sido una de las satisfacciones más grandes para el extremaño . Y es un honor para Cáceres contar entre sus vecinos con una persona de la talla de Jesús Usón. Por eso estamos tan contentos de este nombramiento y lo estamos de corazón.

Prácticamente el plenario al completo acudió al acto, que presidieron el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara y la alcaldesa, Carmen Heras. Nos quedamos con las palabras de Vara porque Vara es un hombre que siempre piropea a Cáceres, y eso nos encanta, la verdad. Esta vez el presidente recordó que sentirse solo de un sitio empobrece porque uno no es solo de donde nace, también es de donde pace. Y es muy grande sentirse de varios lugares a la vez y es muy grande "ser hijo de la ciudad más bonita del mundo".

Jesús Usón llegó a la Facultad de Veterinaria de Cáceres en 1986 con los también profesores Miguel Angel Vives, Javier Ezquerra y Jesús Usón Casaús. Y ahí es donde está el tercer placer de la semana: ese que ha saciado nuestros oídos. Jesús Usón Casaús es discípulo de Usón Hijo Adoptivo, también es maño como él, del Paseo de la Independencia para ser más exactos. Y Usón Casaús es, además de profesor de Cirugía Animal, músico, voz y guitarra de Pronóstico Reservado, ese grupo de Cáceres --que no de Sabadell-- que el miércoles actuó en Sala 2 (en el ambigú del Gran Teatro).

El noveno mandamiento

Nos gustó cuando Usón cantó aquello de Have you ever loved a woman , una canción que transgrediendo el noveno mandamiento --ya saben, el blues es así de traicionero-- viene a decir: He amado tanto a una mujer que tiemblo de dolor y más aún sabiendo que pertenece a otro hombre .

De Pronóstico Reservado también forma parte José María Alegre, profesor de Griego en la Universidad Laboral. Es bajista. De pequeño José María jugaba en los terraplenes del edificio de los Maestros con Miguel Escribano, que es pianista y que vivía en la Cruz, encima de Morato. Miguel da clases de Producción Animal en Veterinaria y una de sus canciones favoritas es Hoochie Coochie Man , de Willie Dixon, un arpegio en La Mayor, que empieza suave contando una historia muy triste pero que luego se caga en todo cuando por fin se rebela.

Pedro Rodríguez, originario de León, profesor de Nutrición Animal de la Facultad de Veterinaria, lleva 25 años en Extremadura y es otro miembro del grupo. Rita y Brutus son sus dos perros. El es el batería.

Y cierra Pronóstico Reservado José Luis Naranjo, el que fue de Póker de Blues ¿se acuerdan, a que sí?, el hijo del profesor Pablo Naranjo, don Pablo, al que eternamente seguiremos recordando. José Luis toca la armónica, el trombón y el piano. El padre de Naranjo era un enamorado de la música, le gustaba el flamenco, la ópera y la zarzuela. Vivían en una casa llena de libros pero también de discos Fundador. En realidad, José Luis le debe su afición al blues al mercado franco, porque allí vendían discos de Chess y Aligator que costaban 100 o 200 pesetas y que él compraba con auténtica devoción.

En Sala 2 vimos a Jaime Naranjo Junior, Yiyo, Pedro Mario Barra (Los Niños de los Ojos Rojos), Rubén Cebrián, de Carnical Sound, Carmen Ceballos de Insurise, Mario, el guitarrista, Isidro Timón, de Gran Teatro, Eduardo García Candela, secretario del Colegio de Abogados, José Luis Hernández, abogado de patentes y marcas...

Y cuando las guitarras de Pronóstico Reservado lanzan sus últimos acordes y Sala 2 se va a dormir, nosotros conciliamos el sueño repletos de placer, ese placer que nos da vivir en Cáceres, la ciudad más bonita del mundo que diría Fernández Vara.