A Tambo se le deben muchas más cosas de las que recuerdan los cacereños. Introdujo en la ciudad la comida elaborada (tortilla, paella...), carne y charcutería preembalada, los primeros carros de supermercado y otras novedades.

La iniciativa partió de tres pequeños comerciantes, Angel Pérez, Manuel Ollero y Manuel García, que tenían sus tiendas en Llopis, San Francisco y 18 de Julio. Unidos por lazos de amistad, decidieron crear el primer supermercado de gran tamaño y alquilaron un local de 800 metros cuadrados en Alfonso IX. La apertura en 1979 registró tal éxito que al día siguiente duplicaron las cajas.

Los varapalos llegaron con los dos incendios que sufrió este recinto. Pero lejos de arredrarse, los socios reformaron el súper y proyectaron la apuesta más valiente del comercio cacereño hasta hoy: en 1992 abrieron una gran superficie con un coste de 1.100 millones de pesetas. El híper se mantuvo 6 años, pero el esfuerzo era titánico para soportar la competencia de las grandes cadenas alimentarias. Entonces lo vendieron a Pryca (después Carrefour) y se volcaron en su cadena de proximidad. Hoy tienen 10 supermercados y un cash, con una facturación global de 22 millones de euros y 115 empleados en plantilla.