Dicen que una imagen vale más que mil palabras. Cuando, como en La mina y sus letras , las imágenes van de la mano de las palabras, unas refuerzan la historia que hay tras otras. En la Sala de Exposición Permanente Municipal se recrea desde ayer una parte de las vivencias, miedos y el apego a la tierra de los extremeños que vivieron, trabajaron e incluso perecieron en las minas que hoy están abandonadas, tal y como recogen las 11 imágenes expuestas.

Para hacerlo han recopilado instantáneas de algunos de los pozos más emblemáticos de toda la región, como el Pozo Esmeralda de Cáceres, la mina Sevillana de Plasenzuela o Matasanos, en Garrovilla de Alconétar. Junto a las fotografías, --muchas cedidas por los fotógrafos-- se intercalan 12 cantes que reflejan el sentimiento del minero y su juego diario con la muerte.

"Echándole fantasía/ me hice casa con balcones,/ y cuando ya la tenía,/ la vida de mis pulmones, el plomo la deshacía" , reza un cante popular recogido en esta exposición. Otras letras, denuncian el enriquecimiento de los señores a costa de la vida del minero o la solidaridad con el compañero herido, pero también el orgullo por bajar cada día a la veta.

Apoyando ayer esta exposición-homenaje de la Peña Amigos del Flamenco de Cáceres estuvo el concejal de Cultura, Santiago Pavón, quien se comprometió a recabar los apoyos municipales necesarios para que el libro sobre minas y letras que la agrupación quiere eleborar pueda salir adelante. Pavón aseguró que "el ayuntamiento inventariará y catalogará las minas y edificaciones mineras de su término municipal e instará a la Junta a que haga lo mismo".