Sucedió en la multitienda que lleva el nombre del barrio del Vivero, situada en la calle Monfragüe. La trifulca tuvo como protagonistas a los responsables del establecimiento, cuyo propietario es José Antonio Rodríguez, y Raúl Salgado, promotor del centro de ocio que la empresa Prinsa, de la que es administrador único, proyecta construir en el barrio a pesar de la oposición vecinal.

"Entró en la tienda y le dijo a mi hijo que si tenía las hojas donde se firmaba por lo del centro de ocio. Se las dio y, automáticamente, le pidió las de reclamación", explica José Antonio Rodríguez, que denuncia "coacciones" porque Salgado le dijo que le iba a denunciar por recoger firmas. En dos meses, indicó, cuentan ya de 2.000 apoyos contra el centro de ocio. "No le podía dar la hoja de reclamaciones porque no había comprado ningún producto", subrayó.

Por su parte, Raúl Salgado negó rotundamente haber solicitado la relación de firmas en la tienda. Su versión difiere en buena parte de la ofrecida por el dueño: "Cuando entré casi me descalabro la cabeza. Iba a comprar pan y pedí una hoja de reclamaciones con el objetivo de que adaptaran la parte de la entrada". Sin embargo, el propietario sostiene que la ley no le obliga a tener un rampa por las dimensiones de su local.

A pesar de ello, Salgado sostiene que lo sucedido "se quiere extrapolar al centro de ocio. Voy a montarlo porque la ley me lo permite y el suelo es mío. Si no, que lo compren". Al lugar tuvo que acudir una dotación de la policía local para mediar en el conflicto. El propietario manifestó su intención de no presentar denuncia, algo que Raúl Salgado sí afirma haber hecho en Consumo.