Las enfermedades infecciosas están experimentando un claro descenso en la provincia de Cáceres, al igual que en el resto de la región. Pese a ello, aún existen algunas que aunque tienen una escasa incidencia en España, e incluso en la provincia de Badajoz, son aún bastantes los casos en algunas zonas cacereñas.

Así, entre las enfermedades infecciosas con mayor número de casos registrados entre los cacereños se encuentran la tuberculosis, la varicela, la gripe y todas aquellas enfermedades transmitidas por animales, como la brucelosis (transmitida por un microorganismo que se encuentra en las secreciones y los excrementos de vacas, cerdos, ovejas y cabras), la hidatidosis (transmitidos por el perro) o la fiebre exantemática (causada por la picadura de garrapatas).

Según los datos facilitados a EL PERIODICO por el Servicio de Epidemiología de la Consejería de Sanidad y Consumo, en el 2003 --último año actualizado por el servicio-- se registraron en la provincia de Cáceres 13.853 casos de gripe, 5.150 más que en el 2002; 54 casos de tuberculosis, tres más que el año anterior; y 1.750 casos de varicela. De brucelosis, aunque se experimentó un ligero descenso, aún se contabilizaron 34 casos; también bajaron de 11 a 7 los casos de fiebre exantemática; mientras que los casos de hidatidosis se duplicaron, pasando de 7 a 14.

CLARA MEJORIA Aunque en estos casos las cifras aún son algo elevadas, el jefe del Servicio de Epidemiología, Mauro Ramos, asegura que en general la situación referente a enfermedades infecciosas es de clara mejoría. De hecho, indicó, mientras que la frecuencia de la gripe o la varicela se mantiene, aunque con tendencia a la baja, hay otras muchas de las que hace años que no se da ningún caso o están prácticamente erradicadas, como la polio, "cuyo último caso registrado en Extremadura, concretamente en la provincia de Cáceres, fue en el año 89".

Mauro Ramos reconoció que en este freno a las enfermedades infecciosas juegan un papel fundamental los programas de vacunación. Gracias a ellos han bajado de forma drástica, prácticamente casi hasta desaparecer, la polio, el sarampión, la rubeola, la difteria y el tétanos, entre otras. Advirtió, no obstante, que pese a la desaparición o práctica desaparición de algunas de las enfermedades infecciosas de declaración obligatoria, "se siguen vigilando para controlar que pueda surgir algún rebrote".

Frente a las casi erradicadas, otras, como la legionela, van aumentando su incidencia.