En 2017 la ciudad de Cáceres recibió 30.000 turistas en el mes de julio, según datos del Observatorio de Turismo de Extremadura. Este año, sin embargo, parece que la cifra total se reducirá, ya que los trabajadores del sector coinciden en que por el momento se ha experimentado una menor afluencia en la ciudad.

Los profesionales hosteleros indican que el mes de julio no es una de las épocas del año en que más turistas se reciben, puesto que triunfan más los periodos de primavera o finales de agosto debido, entre otros factores, a eventos como la Semana Santa o a la bajada de las temperaturas. Sin embargo, el cambio ha sido notable respecto al mes de julio del año pasado, lo que tiene preocupado a parte del sector al que pertenece la actividad que sustenta principalmente la economía de Cáceres.

A pesar de ser la ciudad más visitada de Extremadura según el Observatorio de Turismo, la sensación entre los trabajadores es que «la gente suele conocer más Mérida o Badajoz, a Cáceres solo acuden de paso y, cuando la visitan, se llevan una sorpresa», indican desde el hotel Iberia, en Pintores.

La gran mayoría de turistas que deciden visitar la ciudad proceden de España, aunque desde hace unos años se pueden ver por las calles de la ciudad monumental grandes grupos de ingleses, franceses o japoneses llamados por el interés histórico y cultural de Cáceres. El turismo español proviene sobre todo de gente que viaja del norte al sur o viceversa y llega a la capital para pasar la noche o hacer una visita de corta duración.

Otra de las motivaciones que lleva a los turistas a fijarse en Cáceres es la gastronomía. Recientemente el ayuntamiento ha lanzado la guía ‘Cáceres, una experiencia monumental’, que hace un repaso de las actividades gastronómicas que tienen lugar en la ciudad, así como los principales productos típicos y en qué comercios encontrarlos. Los hosteleros de la parte antigua esperan que esta guía potencie aún más un tipo de turismo que ya está a la orden del día en la ciudad.

Sin embargo, desde los propios establecimientos indican que uno de los motivos principales de la baja afluencia de turistas durante éste y los años anteriores es el poco esfuerzo que el Ayuntamiento de Cáceres destina a la promoción de la ciudad fuera de la región. «Cáceres es la gran desconocida. La gente que viene a visitarla lo hace por el boca a boca de conocidos que le hablan de ella», afirman los propietarios de la tienda de recuerdos de San Jorge. Destaca también la poca accesibilidad a la ciudad a través de transportes como el tren, o la imposibilidad de entrar con vehículos en la parte antigua.

A ello se suma la creciente competencia que ha surgido en actividades similares, como las agencias de guías, los hoteles o restaurantes. Los trabajadores del restaurante El Pato afirman que «los bares de la plaza tienen unos precios más o menos cerrados para todos, mucho más altos que si te vas a bares de otras calles cercanas, por lo que eso también afecta». La creciente oferta de apartamentos turísticos, algunos ilegales, también ha mermado la ocupación en alojamientos como el hostal Alameda, que ha visto reducirse su ocupación de un 90% a un 50%.

No obstante, los trabajadores del sector esperan que los meses venideros les ayuden a mantener la cifra de 150.000 visitantes conseguida durante el verano pasado.