Sobre todo yo destacaría la recuperación del patrimonio histórico-artístico, esencial para conseguir que, vendido turísticamente, rinda beneficios a la sociedad cacereña. La función comercial del patrimonio está basada en lo que Harvey denominaba «cara comercial» de la postmodernidad o en la economía de los símbolos en la fase actual del capitalismo que proclamaban Lash y Urry. Como dice el profesor Pérez Rubio: « El patrimonio convertido en objeto de consumo, puede constituir una fuente de ingresos para el desarrollo de un territorio».

Además hay que destacar la progresiva construcción en la ciudad de una red hotelera, de alojamientos turísticos y de restaurantes amplia, variada y moderna, así como de una oferta gastronómica que ha sabido transformar lo mejor de nuestros productos autóctonos, gracias además a la declaración en el año 2015 de Cáceres como Capital Española de la Gastronomía.

El turismo empezó a representar para Cáceres una de las actividades con mayor futuro y proyección y, sobre todo, con una variedad enorme de salidas profesionales, gracias entre otras cosas a la Facultad de Empresariales y Turismo y a la Escuela de Hostelería, de la que han salido y están surgiendo grandes profesionales que ahora se encuentran en la primera línea del turismo cacereño.

Soy de los que piensan que la posibilidad de viajar se debería recoger en las Constituciones de los Países como un derecho fundamental de las personas, por lo que representa de formación personal y de integración social. Es muy importante el conocimiento de otras civilizaciones y de otros pueblos. Cada vez más se habla del mundo como una aldea global, de construir una alianza de civilizaciones y el turismo ha tenido que ver mucho en ello.

En la actualidad Cáceres ha llegado a convertirse en un destino de interior donde se puede disfrutar de un turismo que respeta, ante todo, los recursos patrimoniales, naturales y culturales y que apuesta por la sostenibilidad. Nuestro turismo debe pues concebirse con un claro respeto a los principios del desarrollo sostenible y sólo de esta manera puede garantizarse la continuidad del sector turístico y la satisfacción o fidelización del turista.

Cáceres se ha posicionado como prototipo del Turismo Cultural a nivel nacional e internacional, siendo la capital cultural de Extremadura desde el año 1.992, cuando se conmemoró el quinto centenario del descubrimiento de América.

El rico y variado patrimonio histórico-artístico, junto a una buena oferta cultural, gastronómica, festiva y comercial ha convertido a Cáceres en un destino turístico cada vez más demandado. Por este motivo, se hace necesario aplicar un adecuado aprovechamiento de los recursos turísticos, manteniendo y mejorando la calidad de la oferta turística. Ojalá lo logremos.