La iglesia de San José acogió ayer a las 15.30 horas el funeral al periodista Francisco Sellers de Paz, que falleció la noche del domingo a los 83 años rodeado de su amplia familia. Fue periodista durante cuatro décadas en una de las épocas de mayor auge de esta profesión en la ciudad, cuando las máquinas de escribir y las linotipias comandaban el proceso de la edición y la calle era la única fuente de información a falta de gabinetes de prensa.

Desde muy joven, Francisco Sellers de Paz (Cáceres, 6-7-1933) fue funcionario del Servicio Nacional del Trigo en Cáceres, primero en la CasaGrande y luego en el edificio Múltiples, que estrenó en 1976. Pero tras acabar su jornada, pasaba cada tarde, hasta la noche, en las instalaciones de El Periódico Extremadura, primero en La Generala y más tarde en La Madrila. Formó parte de la generación de históricos como José María Parra, Enrique Baltar, Martín Rojo o su hermano, Germán Sellers de Paz, director del rotativo entre 1971 y 1987.

Casado en 1963 con Benita Bermejo, fue padre de cuatro hijos (Carmen, Ignacio, Javier y Jesús), una responsabilidad que supo seguir combinando con sus tareas en la redacción. Durante largos años formó parte de la Asociación de Periodistas de Cáceres y guardó hasta sus últimos días un gran cariño hacia una profesión que le hizo testigo de la vida cacereña. «Era realmente su pasión», recuerda su familia.