Años sesenta. Rocío Jurado pasea por Cáceres. Presenta su nueva película Los Guerrilleros, una cinta con la música del maestro Solano, el cacereño que puso banda sonora a una época. El encuentro se celebra en uno de los epicentros sociales de la década en la capital cacereña: el cine Coliseum. Esta anécdota, recordada por cronistas y testigos, sirve para ilustrar la proyección nacional de uno de los edificios más emblemáticos para generaciones de cacereños que esta semana inaugura nueva etapa tras dos décadas cerrado.

Ahora el patio de butacas y la gran pantalla cambia por un espacio diáfano con decenas de máquinas y deportistas por metro cuadrado. Toma el testigo una cadena deportiva nacional, Altafit, que gestionará durante los próximos veinte años el inmueble propiedad de la fundación Caja Extremadura. Nuevo futuro para un edificio integrado en el pasado de la ciudad. Porque si sobre algo deja constancia con el paso del tiempo el imaginario local es que fue más que una meca del cine en una época dorada para el celuloide en la ciudad. Tal fue su relevancia que llegó a ostentar el título de ser el cine más grande del país hasta que fue superado por el cine Emperador en Madrid.

Según recoge la investigadora de la Universidad de Extremadura Angélica García Manso en su publicación ‘El octavo arte: La Edad de Oro del Cine en Cáceres', compartió espacio con otras cuatro salas en su momento. La primera, el Gran Teatro, que se inauguró en los años 20, el cine Norba que abrió en los años de la República, el Capitol, el único que se conserva, obra del mismo arquitecto que diseñó el famoso cine Capitol en Madrid, que abrió en los 40 y recientemente ha recuperado la actividad, y el Astoria, el último, que subió la persiana un año después, en 1963.

No obstante, ninguno de los cuatro sumó la relevancia del coloso cacereño. El proyecto fue impulsado por el obispo Manuel Llopis Ivorra y la estructura fue diseñada por el arquitecto cacereño Fernando Hurtado. Abrió sus puertas el 1 de abril de 1962. Las páginas de EL PERIÓDICO EXTREMADURA, decano de la prensa regional, recogen la jornada inaugural. «A la hora anunciada, todas las localidades de la gran sala -- un total de 1.998-- estaban repletas de público de todas las clases sociales para asistir a la inauguración del Cinema Coliseum». En el acto intervinieron el prelado, autoridades locales y el ingeniero Vicente Muñoz. Como cierre, se proyectaron tres cortometrajes sobre «Música, aviación y Venezuela» que pusieron de manifiesto «la esmerada instalación estereofónica».

La expectación que generó su apertura se consolidó con el paso del tiempo. La programación estaba dirigida por la Obra Interparroquial Recreativa del Obispado de Coria-Cáceres y aunque en un principio estaba destinada a difundir valores cristianos, se convirtió en sala de referencia de todo tipo de cine como ‘Sonrisas y Lágrimas’ o ‘La bella y la bestia’. Albergó «grandísimos estrenos en la época dorada del cine, era muy difícil conseguir una entrada», recogió en su momento el historiador cacereño José Manuel Martín-Cisneros. Acogió también eventos ajenos al cine como presentaciones y actos de la Semana Santa. La memoria del cine recuerda de aquella época a figuras como la del acomodador Francisco Caso, la taquillera Concha o a Joaquina Picapiedra, que regentaba un puesto de palomitas.

Su andadura en el ‘séptimo arte’ se prolongó hasta 1995.Dos años después la fundación Caja Extremadura compró el inmueble 200 millones de pesetas para abrir un centro cultural, un proyecto que no llegó a prosperar. Desde entonces, y a pesar de haber recibido propuestas, el inmueble se ha mantenido sin actividad durante 25 años hasta que en 2017 recibió una primera oferta de una cadena deportiva europea que finalmente no llegó a término. Un año después, la empresa nacional, también del ámbito deportivo, Altafit, mostró su interés por rehabilitar el edificio y darle uso como gimnasio. Finalmente tras un año y medio de obra, con retrasos por la dificultad de las tareas en la cubierta, esta semana el inmueble ha reabierto sus puertas con aspecto renovado pero conservando la estructura original.

La ‘nueva’ inauguración

Precisamente fue este miércoles cuando el presidente de la cadena de gimnasios, con raíces cacereñas, Vicente Olivenza, y el director, José Antonio Sevilla, visitaron las instalaciones en Cáceres. En declaraciones a los medios, el presidente se mostró «satisfecho» por haber materializado la reapertura del edificio, del que destacó el valor simbólico que representó para su infancia. Destacó en ese sentido que la «ilusión» por ponerlo en marcha ha servido para solventar los contratiempos que se han producido a lo largo de estos meses y que han prolongado la duración de los trabajos.

En cuanto a las cifras, detalló que es el número 80 de la cadena, el presupuesto ha superado los dos millones y tras su apertura tan solo hace días, el gimnasio cuenta ya con 2.000 socios, una expectación que bien recuerda a la que generó el inmueble hace veinte años y que ahora, del mismo modo, pretende conservar para la historia.