Los últimos recuerdos del antiguo hospital de la Piedad estaban guardados en un cajón. Casullas, estolas, amitos, cubre calices, albas y otras piezas textiles y vestimentas sacerdotales del siglo XVII, que se presume pudieron usarse en la capilla del sanatorio, se han pasado más de 200 años olvidadas en un armario del actual Tribunal Superior de Justicia de Extremadura (TSJEx), que se asienta en el edificio que albergó en su día el hospital.

El sanatorio de la Piedad se construyó en 1612 gracias al legado testamentario de Gabriel Arias de Prado. En 1790, con la creación de la Real Audiencia de Extremadura en Cáceres por orden de Carlos IV, se eligió para ubicarla este inmueble en lo que hoy se conoce como plaza de la Audiencia. Desde entonces ha acogido el palacio de Justicia de la ciudad.

De aquel viejo sanatorio se conservan en la actualidad el patio y la escalera del edificio y, sorprendentemente, también la ropa con la que los capellanes hacían sus oficios. "Estaban apiladas en cajones de una cómoda de la vivienda destinada al presidente y le propusimos al ministerio que pudieran exponerse", explicó el presidente actual del TSJEx, Julio Marqués de Prado, quien buscó la manera de sacar a la luz este ajuar sacerdotal tras su hallazgo.

Museo de arte sacro

Así, ayer se firmó un convenio de cesión de uso con la fundación Schlegel de Almendralejo, promovida por Bodega Viña Extremeña, para que puedan exponerlas en el museo de arte sacro que la firma vinícola tiene en las propias bodegas de la localidad pacense.

El museo es fruto de la "afición personal" al arte sacro de Alfonso Schlegel, presidente de la fundación y propietario de las bodegas, según declaró ayer tras la firma del acuerdo. Este museo exhibe actualmente más de 200 piezas, a las que se sumarán estas cacereñas. "Para nosotros es un honor y un signo de confianza que nos permitan tener estas prendas en él", señaló Schlegel.

La ropa está muy bien conservada en general, aunque algunas piezas necesitarán una pequeña restauración, que es precisamente uno de los objetivos que persigue la entrega del material a la fundación y evitar también con ello su deterioro.

"Se exhibirán al público en breve, en cuanto se tenga listo el lugar donde se instalarán", concretó Fátima Cotilla, secretaria de la fundación. La entidad almendralejense podrá disponer de la vestimenta durante un año, que es la duración del convenio, aunque puede prorrogarse.

Casullas, estolas, almitos y demás podrán así volver algún día a Cáceres y, quién sabe, exhibirse en el futuro museo de arte sacro que el ayuntamiento intenta crear en la iglesia de la Preciosa Sangre.