A las 09.30 horas de ayer, el alcalde en persona telefoneó al mayordomo de la Cofradía de la Montaña, Jesús María Larrazábal, para anunciarle que la decisión de quitar la imagen de la patrona de la medalla de la ciudad se reconduciría. Saponi, consciente de la polvareda social que podría levantarse con esta medida --impopular a todas luces-- llamó primero a Larrazábal y luego compareció ante la prensa. Pero la noticia había corrido ya como la pólvora y las reacciones no se hicieron esperar.

Larrazábal fue el primero en alabar el gesto del alcalde. No entró en valoraciones, pero sí puso en duda que la decisión de la comisión de Cultura respondiera a un sentir general de la ciudad.

La secretaria general del PSOE local, Carmen Heras, dijo que, aún siendo conscientes de que vivimos en una sociedad laica, "la figura de la Virgen trasciende el hecho religioso y forma parte de la idiosincrasia de Cáceres". Por ello pidió a los grupos políticos que volvieran a reconsiderar la decisión en el pleno del día 12.

El presidente de la Agrupación de Vecinos, Raimundo Medina, fue más claro y afirmó: "No tiene sentido y es una tontería. La Montaña es un símbolo de la ciudad y debe estar en la medalla".

En la misma línea se expresó Consuelo Plaza, presidenta de las Amas de Casa, que fue más allá: "Me extrañaba que a José María Saponi, con lo cacereño que es, se le hubiera ocurrido algo así".

El presidente de los consumidores, Santiago Márquez, abogó por la permanencia de la figura. Igual que Maricarmen Delgado, presidenta de la Peña Flamenca de Cáceres: "Me parece lógico --dijo-- que hayan rectificado".