La Unidad de Ictus del Hospital San Pedro de Alcántara, creada en 2007 y única en Extremadura, consigue mejorar el estado de nueve de cada diez pacientes, de modo que la mortalidad queda reducida a un porcentaje del 12%. Pero además, sus datos van mejorando con la experiencia de los años y la unidad ya logra que el 60% de los enfermos tengan un estado independiente a los 3 meses, y el 65% de ellos en los dos primeros años. La importancia de estos resultados radica en que el ictus es un accidente cerebrovascular grave (trombo o hemorragia), que constituye la principal causa de muerte en las mujeres y la tercera en los hombres, y la primera causa de discapacidad en adultos. La atención rápida es clave, y justo ahí interviene la unidad.

Junto con la del hospital La Paz (Madrid), ha sido la única en difundir sus resultados a través de un artículo científico en la revista Neurología, publicación científica oficial de la Sociedad Española de Neurología. Analiza su primer lustro de funcionamiento, 2007-2011, pero además dispone de datos hasta la actualidad. La unidad también han seguido la evolución posterior de los pacientes. Desde su apertura ha atendido a 1.900 personas con resultados equiparables a otros centros europeos y norteamericanos, según explicaron ayer Ignacio Casado, jefe de sección de Neurología del Hospital San Pedro, y Juan Carlos Portilla, responsable de la unidad.

MENOS SECUELAS Una de las conclusiones más destacadas es que dicha unidad, formada por un equipo multidisciplinar donde intervienen varias especialidades médicas coordinadas por Neurología, consigue mejores resultados en el paciente a medida que pasa el tiempo, sobre todo logra que recupere su estado de independencia, es decir, que no arrastre secuelas. "Entendemos que se debe a la mejor coordinación que hemos alcanzado entre los especialistas y al mayor conocimiento adquirido", afirma Juan Carlos Portilla.

Pero el ictus no solo es un riesgo grave para quien lo padece, también genera un elevado coste social y económico por sus consecuencias (quienes arrastran secuelas necesitan apoyo familiar, atención médica e incluso el ingreso en centro especializados). Por ello, la Estrategia Nacional de Ictus del Sistema Nacional de Salud ha promovido la apertura de 47 unidades en España durante los últimos años. "Los pacientes con un ictus agudo tienen más posibilidades de seguir vivos, de volver a su casa y de ser de nuevo independientes si se atienden en estas unidades", indica Ignacio Casado.

PRIMERAS HORAS: CRUCIALES. Se trata de una patología grave que durante las primeras 72 horas entraña un riesgo importante de complicaciones, de las que depende la propia vida. "Y hay que tener en cuenta que el 25% de los pacientes presentan dichas complicaciones, por ello el tiempo es un factor crucial a la hora de determinar los resultados", subraya el jefe de Neurología. Las unidades de ictus permiten manejar esta patología aguda las primeras 48-72 horas, ya que miden continuamente las constantes del enfermo asociadas a un peor pronóstico, reduciendo así la mortalidad y la dependencia posterior.

La unidad cacereña tiene cinco camas por las que pasan unos 350 pacientes al año (aumentan desde 2007). El personal sanitario y los servicios diagnósticos están en marcha las 24 horas. Aplica dos tratamientos fundamentales, el primero con fibrinolisis, el más potente, que intenta resolver el trombo o la oclusión en las primeras 4,5 horas. De hecho, los responsables han concluido en un estudio [wv03]que los enfermos que ingresan rápidamente [wv03]en la unidad y lo reciben, obtienen mejores resultados que los que llegan con más retraso derivados de otros centros.

El segundo tratamiento es el que ofrece la propia unidad de ictus, que al tener monitorizado al paciente y asistido por especialistas, detecta de forma muy precoz si existe alguna complicación. Y ello ahorra serios problemas a los enfermos, pero también disminuye la carga social y el coste de la enfermedad que repercute en el sistema económico nacional. Por tanto, en época actual de ajustes, los responsables avalan que estos servicios son efectivos y eficaces.

En concreto, la apertura de la Unidad del Ictus del Hospital San Pedro de Alcántara supuso un gasto inicial de 15.000 euros en obras y 74.600 en aparataje. Los médicos ya trabajaban en el hospital de modo que solo hubo que ampliar la plantilla en cinco enfermeros, utilizar los servicios de un fisioterapeuta compartido con otras secciones, y también un servicio de guardias de neurología.

"En definitiva, con poco más de 300.000 euros al año se mantienen los recursos humanos de la unidad. No sabemos si es mucho dinero o poco, pero funciona, salva vidas y reduce el número de personas dependientes", argumenta Ignacio Casado.