Ya es posible prevenir el cáncer o al menos eliminar un altísimo porcentaje de riesgo, tratándolo antes de que pueda aparecer con medicación o intervenciones quirúrgicas, o bien aumentando las revisiones para detectarlo en fases muy iniciales. El caso de la actriz Angelina Jolie, que se ha sometido a una doble mastectomía para evitar desarrollar un cáncer de mama por su predisposición genética heredada de su madre, ha llevado a primera plana estos servicios preventivos que vienen trabajando sin el boato del papel couché desde hace años. En concreto, la Unidad de Consejo Genético del Hospital San Pedro de Alcántara, de referencia para toda Extremadura, ya ha analizado a 1.100 familias con riesgo aumentado.

Santiago González es el coordinador de la unidad, sin costes para el usuario. Oncólogo especialista en este ámbito y presidente de la Sociedad de Cancerología Extremeña, trabaja codo a codo con su compañera M Elena López de Ceballos y con un equipo multidisciplinar de cirujanos, radiólogos, ginecólogos, digestólogos, biólogos y el laboratorio de inmunología, que desde 2006 tratan de anticiparse a esta enfermedad tan temida.

Y ello es posible por los avances de la medicina. Ya se sabe que hasta un 10% de los cánceres se deben a mutaciones genéticas heredadas de los padres. Por tanto, la unidad trata de identificar a familias extremeñas que en principio cumplen alguno de estos tres criterios clínicos de sospecha: "Primero, cuando existen varios casos de cáncer y sobre todo si se repite el mismo tipo. Segundo, si se padecen de forma precoz, antes de los 50 años. Tercero, si una misma persona ha tenido más de un cáncer", explica Santiago González.

Cuando la unidad detecta que efectivamente puede haber indicios y además un riesgo alto, comienza los estudios. En concreto se extrae sangre al miembro de la familia con más posibilidades de portar la mutación y se le realiza un análisis genético. Es un proceso de estudio mediante secuenciación genética muy complejo, que se ha logrado poner en marcha en el propio hospital sin tener que derivarlo fuera, lo que acorta los tiempos. Curiosamente, la bióloga que ha trabajado durante años en mejorar las técnicas en el laboratorio cacereño está ahora en el paro por la situación económica.

Siguiendo con el proceso, si finalmente se encuentra una mutación en los genes (se nace ya con ella) esa persona tendría un mayor riesgo de desarrollar un cáncer hereditario relacionado con los genes alterados en cada caso. Los más frecuentes estudiados por las unidades preventivas son los de mama, ovarios o Síndrome de Lynch (colon, endometrio, estómago u ovarios). Además, la probabilidad de pasar esa mutación a los hijos es de un 50%, por tanto comienza el estudio y seguimiento del resto de los allegados (la unidad ha testado hasta cuarenta parientes en algunos casos).

De las 1.100 familias valoradas, en 100 se han detectado mutaciones. Dentro de éstas se han identificado unos 300 individuos no portadores y por tanto con el mismo riego que la población general (no necesitan pruebas). Otros tantos individuos (50%) son portadores, pero ello no quiere decir que necesariamente vayan a padecer la enfermedad. "En el caso del cáncer de mama, si una mujer normal tiene una probabilidad de un 8%, con la mutación se eleva al 60%-80%", indica el experto. En ovarios el riesgo aumenta del 2% hasta el 20%-40%.

¿COMO EVITARLO? Hay tres posibilidades de tratamiento. La primera es la quimioprevención, aunque todavía está en fase de ensayos clínicos (pruebas). En Cáceres han participado 14 mujeres con riesgo que han tomado una pastilla durante 5 años y han reducido la probabilidad de cáncer de mama un 66%.

La segunda opción es intensificar la vigilancia. Las portadoras de la mutación deben revisarse cada seis meses el pecho (si es la zona de riesgo) alternando una mamografía o ecografía, y una resonancia. Las mamas se pueden vigilar así óptimamente, ya que un tumor pequeño tiene muy altas probabilidades de cura, según el oncólogo. El caso de los ovarios resulta "más traicionero", porque la técnica no es tan sensible y una vigilancia periódica no descarta sobresaltos.

Frente a ello, la tercera posibilidad: cirugía profiláctica, es decir, eliminar directamente ovarios o mamas según el riesgo. Esta opción ha saltado a las primeras páginas a raíz del caso de la actriz americana. En el hospital San Pedro, unas 40 mujeres ya han tomado la misma decisión respecto a los ovarios a través de cirugía laparoscópica, de modo que sólo están un día ingresadas y eliminan el 99% del riesgo.

Pero no es lo mismo enfrentarse al dilema de operarse con 30 años que con 50, cuando la mujer ha llegado al final de su vida fértil. Los médicos exponen las circunstancias a cada paciente, que toman su decisión (operar, esperar con revisiones...) según su situación y antecedentes.

Respecto a la supresión de las mamas, es bastante menor porque los métodos de vigilancia resultan más efectivos y la cirugía en cambio más complicada, aunque los resultados han sido buenos para quienes han tomado este camino. También en Cáceres ha habido casos de supresión a la vez de mamas y ovarios. El equipo de cirugía plástica ofrece opciones para que la paciente quede por completo satisfecha.

Respecto al Síndrome de Lynch, las familias predispuestas al cáncer de colon (su riesgo oscila entre un 60%-80%) cuentan con la ventaja de que el proceso es relativamente y puede detectarse en fases precoces en colonoscopias periódicas. En el caso del endometrio se recurre también a la vigilancia o la cirugía sobre todo pasada cierta edad.