La comisión local de Urbanismo abordará en su reunión de mañana el contenido del expediente de la librería Boxoyo, establecimiento que por uno de sus accesos está en planta baja, da a la zona del adarve del obispo Alvarez de Castro, y por otro está en la planta segunda de un edificio de la plaza Mayor. El desnivel entre el adarve y la plaza provoca que la librería esté encima de un piso y es la causa de que hace catorce meses el propietario de la vivienda denunciase esta situación, iniciándose un expediente que mañana verá la comisión local, aunque esto no significa que vaya a haber un dictamen.

En estos catorce meses la librería se ha clausurado, se ha vuelto a abrir, ha obtenido la licencia, se han archivado las actuaciones, se ha vuelto a requerir el cumplimiento de normas de edificación e incluso se ha celebrado un proceso judicial por la causa principal del conflicto: las fisuras y grietas en techos y muros de carga del piso que está debajo de la librería. Es una situación atípica por la propia configuración del edificio, que por su parte trasera, la que da al adarve, está a nivel de calle a partir de su segunda planta.

GRIETAS Y FISURAS El propietario de la vivienda viene pidiendo desde enero del 2005 la clausura del negocio, al considerar que el peso de estanterías y libros acabarán por provocar el derrumbe del techo o de los muros de carga. En el proceso judicial, con sentencia del pasado 27, se estima la demanda que presentó (recibirá una indemnización para reparar daños), al valorar el juzgado que hay una causalidad entre la acumulación de libros y las grietas de la vivienda y al tener en cuenta que sus anteriores moradores llegaron a afirmar que no habían visto antes ni grietas ni fisuras.

El propietario de la vivienda ha insistido en sus últimos escritos en que la librería debería estar cerrada si no cumple la norma de acciones en la edificación, que regula las cargas que pueden soportar los forjados de una vivienda, y al mismo tiempo ha venido advirtiendo de que la licencia de apertura, dada el 23 de abril del 2005, se concedió cuando la actividad llevaba meses iniciada y permitiendo un uso comercial en un inmueble que en las escrituras de división horizontal está como vivienda, al igual que en el plan especial (norma urbanística del casco viejo) el uso que se permite en este edificio a partir de la primera planta es el de vivienda.

Por parte de la sociedad propietaria de la librería se ha defendido su actividad porque tiene la autorización municipal de apertura, y además antes de que se abriese su negocio había una tienda de antigüedades situada en el mismo inmueble, también con un acceso desde la calle por el adarve. La sociedad, en escritos presentados al consistorio, recuerda que procedió a la redistribución de los libros solicitada por el ayuntamiento y que no ha realizado proyectos que pudieran afectar a los elementos estructurales del edificio.

Además ha manifestado que también hay fisuras en otras plantas superiores del edificio, achacable a las modificaciones que ha sufrido desde hace años, que no desarrolla una actividad peligrosa y que su inmueble, que califican de local, reúne las condiciones exigibles. El ayuntamiento decretó en septiembre el archivo del expediente de medidas de seguridad, aunque el pasado mes de diciembre, en un nuevo informe de Disciplina Urbanística, se exigió el cumplimiento de la norma de edificación relativa a la carga que pueden soportar los forjados.