TAt veces sorprende la notable capacidad humana para hacerse entender, para comunicar a los demás sus problemas y preocupaciones, o, simplemente para expresar con resignación y silencio los pálpitos de su corazón y la profunda desesperanza en que vive a causa de los desatinos de los responsables. Por ello, la libertad de opinión y de expresión vienen a ser los fundamentos de la democracia, y no pueden ni deben ser acalladas con "mordazas", con prohibiciones ni con abusos autoritarios que impidan a los humildes tener los mismos ecos y oportunidades que los poderosos para expresarse.

Hace solamente unos días, cuando deambulaba sosegadamente por las calles de la ciudad, se acercó un hombre de aspecto humilde para entregarme una "octavilla" de papel blanco, encabezada por varias asociaciones vecinales: Plataforma de Afectados por la Hipoteca; "Red de Solidaridad Popular; Plataforma de Parados de Cáceres y la Asociación vecinal de Aldea Moret en la que se habían impreso --negro sobre blanco-- una serie de reivindicaciones básicas para poder considerar que las capas humilde de nuestra sociedad cuentan con los mismos derechos y servicios; con el mismo respeto y consideración que todos los demás cacereños.

Supongo que todas estas reivindicaciones habían sido ya presentadas en el Ayuntamiento; ante las Compañías encargadas de los Servicios Públicos; a los grupos de concejales elegidos por el vecindario y ante los órganos de prensa, radio y comunicación social, cuya misión es dar cauce a las peticiones y denunciar los abusos que se cometan contra los derechos ciudadanos. Pero, lógicamente, si estas Asociaciones han tenido que recurrir a las "octavillas" y repartirlas en la calle manualmente a las gentes de buena voluntad para que se hagan eco de su situación y padecimiento, es que ni el Ayuntamiento, ni los Grupos Municipales, ni los periódicos o medios de comunicación les han hecho caso para que dejen de cortarles el agua doméstica, ni les embarguen el piso --con el correspondiente desahucio-- ni se les bloqueen las escasas cuentas bancarias para poder disponer de los magros ingresos y ayudas con los que poder sostener a sus familias.

El contraste --sorprendente y hasta doloroso en estos días de Semana Santa, que suelen ser días de fraternidad, frugalidad y amor-- es que en todos los periódicos regionales --incluso en los gratuitos--, en las emisoras de radio y en el programa regional de TV, se publicaban a toda página y con grandes titulares, panorámicas de la Plaza de Toros, en cuyo "ruedo" se habían juntado unos trescientos aficionados a la fiesta de los toros; bien vestidos y alimentados, reclamando "libertad", para que el Ayuntamiento subvencione con 40.000 "Euros" las corridas de toros, y poder divertirse sin mucho coste, viendo como desangran y sacrifican a un pobre animal, en virtud de no sé qué manifestación "cultural" o tradición "nacional"; que ya debería estar prohibida. Para esto no hay que editar "octavillas". Cuentan con muchos "medios".