Los cacereños se gastaron el año pasado 487.000 euros (más de 80 millones de pesetas) en la reforma de todos los desperfectos que provoca el vandalismo, según el balance facilitado a este diario por el ayuntamiento y las empresas concesionarias de los servicios públicos. En concreto, los gamberros generaron un coste medio de 21 euros a cada familia, un dinero que debe salir de las arcas municipales para arreglar los continuos destrozos: arboles partidos, señales mirando al cielo, columpios quemados, graffitis , orina en las calles, grifería arrancada en las instalaciones deportivas o bancos rotos en pedazos, todo ello sin contar los daños en las propiedades particulares que paga cada cual.

Aunque el coste general por vandalismo se ha incrementado en 150.000 euros durante los últimos cinco años, y pese a que siguen subiendo los daños contra los contenedores o las zonas deportivas, también hay algún dato positivo: la cuantía tiende a estancarse, incluso remite en apartados como las pintadas, la rotura de señales o las micciones.

El primer puesto en esta peculiar lista de destrozos se lo lleva el arreglo de farolas. Según los datos facilitados por el concejal de Obras y Mantenimiento, Joaquín Rumbo, las pedradas de los vándalos le costaron el año pasado al ayuntamiento 72.200 euros, ya que tuvo que reponer 200 luminarias y globos rotos, además de otros desperfectos menores (portillas, cables...) que supusieron otros 9.015 euros añadidos.

RANKING DE GAMBERRADAS El segundo puesto lo ocupa ahora la eliminación de orines en las calles, mediante un costoso producto (25 euros por litro) que incluye al mismo tiempo desinfectante, bactericida y olorante. Durante el 2006 se gastaron 2.900 litros (72.500 euros) frente a los 3.600 litros del 2005 (90.000 euros). Por tanto va en disminución, pero este gasto llegó a ser realmente elevado en la época en que la movida ocupaba el centro. "Ahora hay muchos menos botellones : en la plaza mayor se han eliminado por completo, en la parte antigua queda muy poco, y en puntos como la Madrila o el Paseo Alto han bajado bastante", explica Jesús Morán, director de servicios de Conyser.

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