Mallas rotas, porterías en mal estado, pavimentos levantados, redes inservibles... El Instituto Municipal de Deportes (IMD) ha decidido poner fin al deterioro de las pistas situadas en los distritos cacereños, y para ello frenará la principal causa que provoca las deficiencias: el vandalismo. Hasta ahora, las vallas instaladas en estos recintos cedían a la presión de los gamberros. Los elementos del interior, sin protección, sufrían pronto las mismas consecuencias. El concejal del área, Lázaro García, ha comunicado a El PERIODICO su intención de rodear las instalaciones con un vallado especial, denominado antivandálico, cuya resistencia salvaguarda el interior de las pistas deportivas.

El problema radica en su elevado coste. La protección del perímetro de cada recinto supone un desembolso aproximado de 60.100 euros (10 millones de pesetas), y la mejora de las 28 pistas de Cáceres se elevará a 1.682.800 euros (280 millones de pesetas). Sin embargo, el IMD acometerá la remodelación poco a poco hasta completar todos los distritos. "Las instalaciones que salen a concurso para su reforma ya incluyen como condición este vallado", explica García.

MEJORAS EN MARCHA

De hecho, una de las pistas de Moctezuma ya dispone del nuevo cerramiento, así como San Marquino y Aguas Vivas. "Los problemas han disminuido", afirma el edil. En San Francisco se está instalando actualmente. "No podemos preocuparnos únicamente de construir y reformar instalaciones--subraya--. El mantenimiento es fundamental". Y tanto. Los arreglos se llevan un buen porcentaje del presupuesto que maneja el IMD, "y ese dinero es de todos", recuerda el concejal.

La falta de civismo deriva en la rotura de canastas, porterías y otros elementos, incluídos los cuadros de luces, con la consiguiente falta de iluminación. "Decidimos instalar un vallado más resistente y estudiamos varias muestras. Al final nos decantamos por éste", indica García.

El cerramiento tiene 3,50 metros de altura, uno más de lo habitual, lo que también impide la salida de balones y ahorra molestias al vecindario. Además, protege las pistas para los jóvenes que realmente las disfrutan y sufren las consecuencias de los daños.