EDAD 24 AÑOS

NACIMIENTO CACERES

PROFESION EMPEZO EN LA CIUDAD DEPORTIVA, CONTINUO EN EL MESON IBERICO Y AHORA REGENTA EL BAR TORRE DE ICARO EN NUEVO CACERES

De familia de hosteleros, Vanessa Medina puede presumir de conocer a los clientes que se colocan al otro lado de la barra a pesar de su juventud. Afronta su nueva etapa en el local de la avenida Pierre de Coubertain con la ilusión de la primera vez.

--¿Qué se aprende en un bar?

--A tratar a la gente. También se aprende a distinguir a las personas. Si son gente de alta o baja categoría o quieren aparentar.

--¿Qué diferencia a un buen local del resto?

--Un bar consiste en tratar bien al público. Es lo más importante. Si tratas a alguien mal, esa persona no vuelve. Hay que agradar a la clientela.

--¿Importa más el trato que la calidad de los productos?

--Puede que sí en ocasiones. La simpatía en un bar es mejor que un caña o un buen pincho.

--¿Funciona mejor un bar en un barrio que en el centro?

--Se trabaja muy bien. Hay gente muy buena que te da confianza. El centro es más rentable pero si conoces a la gente te da igual porque vienen a verte al barrio.

--¿Qué radiografía hace de la hostelería en la ciudad?

--Se trabaja mucho y está muy mal pagada. No se gratifica lo suficiente. Cada hostelero tiene su forma de trabajar.

--¿Montaría un local nocturno?

--No, no me gusta la noche. Prefiero trabajar de día.

--¿Qué ofrecen al público?

--Cocina casera, sobre todo nos gustan las morcillas y las mollejas. La especialidad de la casa es el magro con champiñones. Es lo que más nos piden.

--¿Los cacereños son unos fanáticos del pincho?

--Sí. Salen de cañas y quieren pincho. Si no los tienes buenos, olvídate de la clientela.