Un hombre de 40 años, vecino de Miajadas, cuya identidad responde a las iniciales J. P. F. C., fue asesinado ayer en Miajadas como consecuencia de los tres disparos que le causó otro vecino de la localidad, J. F. P. R., de 45 años, cinco minutos antes de las dos de la tarde, según informó la Subdelegación del Gobierno en Cáceres. Al cierre de esta edición, el presunto autor de los hechos todavía no había sido localizado por la Guardia Civil, que mantenía abierto un dispositivo de control de toda la provincia para su detención.

El suceso, que ha conmocionado profundamente a la localidad cacereña, se produjo a unos 100 metros del número 16 de la calle Mimbrera, donde residía el fallecido, que estaba casado, era padre de una niña y trabajaba como conductor en la cooperativa de ambulancias del pueblo. El autor de los disparos utilizó una pistola del calibre 22 y luego huyó en un coche.

Todo apunta a que el crimen responde a un ajuste de cuentas a consecuencia del fallo de una sentencia, desfavorable para el presunto homicida.

Fue hace aproximadamente tres años cuando se destapó en la localidad lo que se dio en llamar el caso Arny de Miajadas . Los padres de una joven menor de edad habían denunciado a nueve vecinos, miembros de familias muy arraigadas en el pueblo --entre ellos el fallecido--, a los que acusaban de una serie de delitos de violación, agresión sexual, inducción a la prostitución y amenazas cometidos en la persona de su hija, según recordaba ayer a EL PERIODICO EXTREMADURA Juan Carlos Bohoyo, abogado de la defensa y, por ende, del hombre asesinado.

EL PROCEDIMIENTO JUDICIAL

El mismo letrado indicó que cinco de los nueve denunciados "ni siquiera acuden a juicio tras demostrarse que la denuncia es infundada". Los cuatro restantes, entre ellos J. P. F. C., sí fueron procesados. La sentencia sólo les condenó por la inducción a la prostitución, es decir, "entendía --sostiene Bohoyo-- que la chica había mantenido relaciones sexuales a cambio de un dinero y se estableció una indemnización a la menor" y, en ningún caso, se dictaba el ingreso en prisión de los acusados.

Sin embargo, esta sentencia fue recurrida por la defensa y hace aproximadamente 15 días la Audiencia Provincial de Cáceres dictó fallo por el que reducía aún más la condena: la víctima no recibía indemnizaciones e incluso tenía que correr con los gastos del procedimiento.

Juan Carlos Bohoyo recordaba que "en el pueblo se oyó que el padre de la chica estaba muy enojado". Tanto es así, que ayer por la mañana, justo una hora antes de producirse el fatídico desenlace, J. P. F. C. acudió al domicilio de Bohoyo, su abogado, para contarle que "tenía miedo. Las ruedas de su ambulancia habían aparecido rajadas por la mañana y él estaba muy asustado. Le aconsejé que pusiera una denuncia".

Y así fue. J. P. F. C. se desplazó al cuartel de la Guardia Civil y al regresar a su casa para comer su asesino le estaba esperando.

Bohoyo subrayó que en el proceso se dieron a conocer más de 20 cartas de amor que la hija del supuesto autor envió al fallecido en las que le decía "que estaba enamorada de él y que no pararía hasta que dejara a su mujer".

En el domicilio de J. P. F. C. se vivieron ayer dramáticas escenas de dolor durante el velatorio. Hasta la casa del finado también se desplazó el alcalde de Miajadas, Vicente Llanos. Está previsto que el funeral se celebre hoy.