La Guardia Civil subastó 353 armas durante la mañana de ayer en su nueva comandancia, de las que se vendieron un total de 136. El arma por la que más se pujó fue una escopeta del calibre 12, por la que se llegó a pagar 500 euros (unas 83.000 pesetas).

La gran mayoría fueron armas de corto alcance, aunque también se compraron muchas escopetas, según informó el brigada interventor de este área. Las más baratas fueron pistolas y carabinas de 3 euros. El arma más licitada obtuvo 32 posturas, aunque generalmente se optaba sólo a una. Por otra parte, dos pujas fueron anuladas debido a la falta de datos de sus compradores.

El brigada señaló que la afluencia a la subasta fue masiva. El acto congregó a 300 personas llegadas de numerosas poblaciones cacereñas.

SEGUNDA SUBASTA

Más de 200 armas se quedaron sin comprador y serán ofrecidas en una segunda subasta, donde tendrán una rebaja del 25% de su valor inicial. Finalmente, las que no se vendan en esta subasta serán quemadas por la Guardia Civil.

Las armas compradas comenzarán a legalizarse a partir del miércoles a las doce de la mañana. Los compradores tienen un plazo de 10 días hábiles para tramitar el papeleo y recoger las armas, además de presentar las licencias oportunas. Los interesados depositarán una fianza del 25% del precio total del arma.