Ha subido, pero no era capaz de bajar. En esta tesitura se ha encontrado un vecino de Cáceres que esta mañana ha decidido instalar un nido de gorrión en uno de los cedros de Cánovas. Su acción ha contado con un tono reivindicativo, ya que su intención, además, de colocar el nido construido por él, era llamar la atención del ayuntamiento cacereño por la destrucción de tres nidos.

Sin embargo, la subida no le ha supuesto dificultad, pero bajar se ha complicado y la policía ha llamado a los bomberos para ayudarle, aunque, al final, 'el hombre pájaro' lo ha hecho solo.

Junto al nido, de un rama del pino ha colgado un cartel reivindicativo, en el que detallaban sus exigencias: "Hago nidos grandes en Mejostilla norte. Tenía 10, me han quemado 3. Pido ayuda al ayuntamiento. No quiero dinero. Me llaman el hombre pájaro".

La Policía Nacional ha tenido que acordonar la zona debido a la expectación que ha suscitado este acto de protesta, que ha congregado a numerosos viandantes que pasaban por el céntrico paseo cacereño a esa hora. Cuando ha descendido del árbol, dos agentes se lo han llevado para cogerle declaración, según informa Europa Press.

Lo que pretende este hombre es que el ayuntamiento le ceda un lugar donde poder exponer los nidos que él mismo fabrica y que se ajustan a la realidad de cómo las hace cada una de las especies de aves a las que representa. Fabrica los nidos con restos de poda que se desechan y tenía expuesta su creación en el barrio de Mejostilla, aunque algunos de los nidos han sufrido daños debido en un incendio.

A principio de ese mes, Miguel, el hombre pájaro relataba a este periódico su afición y describía que había construido once nidos y los tiene expuestos en la calle José Espronceda, en Mejostilla. Son reales, elaborados tal y como lo hace cada una de las especies. Coge el material de los restos de poda que desecha la empresa que se encarga del mantenimiento de los jardines. «Cada nido lleva cosas diferentes, dependiendo del lugar en el que se críe el ave. Primero ponen palitos sobre el árbol en el que anidan y poco a poco lo van rellenando con más cosas, en la última capa algunos ponen sombreros, pieles, pantalones y calcetines, todo lo que encuentran».