La Agrupación de Asociaciones de Vecinos de Cáceres asegura que el año 2003 ha sido el más "nefasto" en sus relaciones con el ayuntamiento, ya que apenas se han conseguido avances en temas que atañen a este colectivo, como obras, ruidos, tráfico o seguridad. "Los concejales nos escuchan, pero a la hora de la verdad no logramos nada. Sea por las elecciones o por otras causas, cerramos un año muy negativo", explica el presidente, Miguel Salazar. La principal queja estriba en las subvenciones municipales, ya que a día de hoy las asociaciones no han cobrado un solo euro de las ayudas contempladas para el 2003. "No recuerdo un retraso como éste", lamenta.

De los 35 colectivos que aglutina la agrupación, unos 30 cobran subvenciones anuales de entre 900 y 3.000 euros para sufragar material, actividades lúdicas y formativas, gastos de sedes... "El ayuntamiento nos comunicó que dividiría la ayuda en dos semestres, y hace días aseguró que se había dado la orden de pago, pero no hemos recibido nada y los barrios deben afrontar sus gastos", explica Salazar.

La figura de los concejales de distrito "tampoco ha funcionado". Las reclamaciones realizadas a través de los ediles responsables de cada barriada no han tenido eco, "sólo hemos conseguido avances acudiendo directamente a los concejales de cada área", indica el presidente. Los vecinos también lamentan la falta de "coordinación", ya que el ayuntamiento no les ha pedido opinión, consejo ni asesoramiento a la hora de estudiar o aprobar proyectos estrechamente relacionados con la ciudadanía.

Tampoco se han consultado con el movimiento vecinal los cambios en el área de Tráfico, pese a los informes elaborados por las barriadas con propuestas para mejorar la circulación en Cáceres. "Sabemos por la prensa que el ayuntamiento ha nombrado una comisión de técnicos, pero ni siquiera nos informa. Después ocurren casos como el de los pulsadores de las rotondas, que entorpecen el tráfico. Primero se quitan y luego se ponen sin argumentos", matiza Salazar.

JUNTA LOCAL Además, los vecinos no han sido invitados a ninguna Junta Local de Seguridad, donde tienen voz, aunque no voto. "Ni siquiera nos quieren oír", agrega el presidente, que tampoco ha conseguido reunirse con los concejales para mejorar la gestión del colectivo vecinal. Finalmente, Salazar recuerda que aún no se ha tratado en profundidad la elaboración de una ordenanza sobre ruidos.