El incendio en el antiguo local del colegio Nazaret, que obligó el lunes por la noche a desalojar las viviendas del bloque, fue provocado por un grupo de vándalos que prendieron un colchón, según confirmó la policía local.

El incendio e incluso la gran humareda que originó, por lo que se tuvo que evacuar el edificio, se quedó en un mero susto, pero el vecindario reclama ahora que se investigue y se busque a los autores porque no es la primera vez que ocurre un incidente similar. "En julio ya destrozaron todo el interior y alguna vez puede ser más grave", explicaba ayer el presidente de la comunidad vecinal, Fernando Figueroa.

El local se encuentra vacío y en desuso desde que el colegio se trasladara hace dos años a La Mejostilla. Desde el pasado julio, es propiedad de la Federación de Empresarios de Cáceres,que tiene previsto remodelarlo y destinarlo a dependencias del colectivo, aunque el proyecto está pendiente de redactar, por lo que su utilización tardará varios meses.

UN BUTRON EN LA PARED Los actos vandálicos en su interior obligó ya en julio a la federación tras su adquisición a tapiar todos los accesos, pero hace unos días los gamberros volvieron a practicar un butrón para entrar de nuevo en él.

"Nosotros no podemos hacer ya nada más. Es un problema de seguridad pública. Si tapiamos los accesos y se permite que rompan las paredes para que los gamberros campen a sus anchas en locales vacíos, qué podemos hacer", argumenta el secretario de la federación empresarial, Pedro Rosado. Este anunció que se volverían a tapiar para proteger el inmueble hasta que se acometa la reforma definitiva.

La Policía Nacional hará indagaciones para intentar identificar a los culpables, pero ya se ha advertido al presidente vecinal de que será difícil dar con los culpables, según explicó el propio Figueroa tras las conversaciones que mantuvo con los responsables de la Comisaría.

El incendio del lunes comenzó sobre las once de la noche. Enseguida el humo se filtró hacia el resto del edificio, de siete plantas. La escalera central hizo de chimenea. Los bomberos y la policía local tuvieron que ordenar el desalojo preventivo de las viviendas ante el riesgo de intoxicación. Hasta pasadas los doce y media de la noche, los residentes, algunos de ellos ancianos y con problemas de movilidad, no pudieron volver a sus casas donde el olor a humo era todavía más que perceptible.

El concejal de Seguridad Ciudadana, Carlos Jurado, y el superintendente de la policía local, César García, hicieron un seguimiento in situ de las labores de extinción y evacuación. Jurado, que lamentó lo ocurrido, anunció que se informaría a la propiedad de que se volviera a tapiar o lo haría subsidiariamente el ayuntamiento.

Finalmente no se produjeron heridos. El interior del antiguo colegio presentaba ayer un aspecto desolador y ennegrecido en el que los destrozos anteriores de los gamberros eran visibles.